PARADISE, FULL OF LIES - YEONJUN

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Capítulo de regalo <3

No sé qué fue peor, la bronca de mi hermano al llegar a casa sobre la aparición de Yeonjun y el resto en la graduación, o lo mal que me sentía después de darme cuenta que me gustaba un imbécil. Lancé la almohada lo más lejos que pude tratando de canalizar mi ira en ese tiro, pero aún me quedaba suficiente para un par más. Me tumbé en mi colchón por completo, ahora solo me quedaba estudiar para el examen de ingreso y desaparecer del universo; un mes en el que no me cruzara con Yeonjun, un mes para organizar mis pensamientos.

Me estiré en la entrada de mi casa, el día estaba soleado y la suerte me sonreía ese día; no había ni rastro de mi padre. Agarré la bicicleta y recordando de inmediato a Beomgyu lo llamé. Esperé un par de segundos antes de escuchar su voz. Parecía despierto desde hacía un buen rato.

—¿Me acompañas a comprar?

—¿Estás bien?

Silencio de mi parte. No lo estaba, sentía mis sentimientos desbordarse de solo pensar en que era imposible un Yeonjun y yo.

—Voy en bici—aclaré.

Escuché un suspiro chocar contra el micrófono.

—Está bien...dame seis minutos...

Yeonjun también venía rápido cuando lo llamaba.

—Compro en tu zona—desde que me acostumbré a ir con Yeonjun al menos—voy bajando.

Saqué la bicicleta de mi jardín y miré calle abajo, esperaba no matarme.

—¿Compras por aquí? ¿Desde cuándo?

Desde que utilizaba eso de excusa para buscar a Yeonjun.

—Voy a colgar.

Me metí el móvil en el bolsillo y me tiré por la, ligeramente, empinada calle. Mi cabellera se agitaba por la velocidad y mi sonrisa se dibujó poco a poco; me gustaba pasear en bicicleta. Sin duda Beomgyu me había hecho el favor de mi vida. Frené cuando estuve cerca de la peluquería, realmente vivía desubicada en esa zona; debía moverme más por ahí. Me senté en el banco y avisé a Beom de mi ubicación. La espera se hizo amena, y no fue porque estuviera entretenida con el móvil, una música que gracias a google pude identificar como "Alone" de un tal Burna Boy. Estuve cuatro, tal vez cinco minutos mirando la procedencia de la música. Una ventana realmente grande abierta de par en par, era un segundo piso sobre la peluquería. Desde mi banco podía ver la pared pegada a la izquierda, estaba repleta de periódicos y fotografías colgadas de una cuerda. Tenía dos baldas blancas con discos y algún libro. Tenía la mesa contra la ventana, eso explicaría la lampara roja de mesa y la montaña de hojas que no se volaban por estar sujetas por unos auriculares negros. Tenía curiosidad, era una habitación que llamaba la atención; incluso pude diferenciar unas luces colgantes en la ventana.

—Aquí estás.

Beomgyu se colocó frente a mí sobre ls bicicleta. La miré con nostalgia.

—¿Vamos?

—Vamos.

Dejamos la bicicleta fuera, Beomgyu ató las dos bicicletas antes de entrar al supermercado. Como siempre, el abuelo me saludó alegre y se sorprendió al ver al "delincuente número dos" por ahí. Agarré una cesta escuchando como ambos reían al piropearse, ese barrio estaba lleno de gente maravillosa. Agarré una lata de tomate y la metí en la cesta.

—Soohael, ¿Está bien?

—Sabes que no—respondí mirando la caducidad del brick de leche.

Beomgyu agarró la leche de mi mano y me atrajo a él envolviéndome en un abrazo. Hice un gran esfuerzo para no romper a llorar.