34. Advice for the young at heart.

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-¿Entiendes? Estaba con Vincent, disfrutando, y de un momento para el otro apareció Jules. ¿Sabes cómo me sentí? Mal, avergonzada y esperando ver el rostro de decepción de Jules al verme con otro, y no fue así. El solo mantuvo su neutralidad.

Harriet escuchaba mis problemas amorosos mientras cumplía su rol como madre y ordenaba los juguetes que la bebé había lanzado por toda la sala.

-¿Y qué esperabas? ¿Que se enoje, que haga una escena enfrente de todos? - preguntó con un tono que percibí como irónico - lamento decirtelo pero el ego de los hombres es más fuerte que cualquier otra cosa.

- Me siento rara desde que admitiste que yo le gusto y que siempre te pregunta por mi.

- ¿Lo siento? Te lo dije intentando crear un vínculo entre ustedes. Hacen bonita pareja. O hacían, ya ni sé, porque ahora hay un tercero en discordia y ese es Vincent.

Me mordí los labios, planteandome si el verdadero tercero en discordia era Jules o era Vincent.

-¿Qué tengo que hacer, Harriet? No sé lo que siento, no sé a quién quiero y me parece justo tener que elegir entre uno de los dos.

Recordé las palabras de Amadis: tendrías que romper el corazón de Jules.

- Le pides consejos a una total veterana en el asunto, hace seis años que elegí a un hombre, me comprometí y tuve un bebé. Nunca tuve que ponerme en la posición de elegir entre dos.

Rodé los ojos. Aburrida.

- Pero, no sé, ¿Cómo te diste cuenta que era él y no otro?

- Me hacia sentir feliz, apoyaba mis decisiones y festejaba mis logros, ese es el momento en el que encuentras no solo a una pareja sino también a un gran amigo.

Me quedé pensando mientras jugaba con la bebé quien parecía estar totalmente ajena a toda la situación, solo seguía haciendo desorden.

- Pearl, deja de darle vueltas al asunto, lo que te pasa es parte de que te atraiga alguien. Y sé que es difícil porque eres muy buena, pero elegir implica sacrificar tu relación con uno.

Veía en Jules a un hombre dulce en quien podía confiar, y siempre sentirme bien respecto a él. En cambio con Vincent me sentía como la descripción que Harriet hizo sobre Tim: no solo una pareja sino un gran amigo.

- Creo que si llego a tomar una decisión sobre ellos dos estará bien - intente autoconvencerme - no debería preocuparme por lo que piensen, ¿O si?

- Solamente debes asegurarte de que la decisión que tomes sea correcta para ti y sea por decisión propia, sin pensar en las posibles influencias que cada uno ejerza sobre tí. Pero si yo fuera tú ahora lo tomaría con calma.

¿Calma? ¿Tengo que elegir entre dos hombres y tengo que estar calmada?

- Entre elegir a uno, creo que prefiero no elegir a ninguno. Además, hay una pequeña posibilidad de que no me quede aquí por mucho tiempo más.

Claro que me refería a la propuesta laboral que posiblemente le ofrezcan a Donald sobre mi. Y en ese momento me preocupé porque me di cuenta que a lo mejor en unas semanas también tendría una decisión más; ¡Que difícil es la vida de los indecisos!

- Es tu vida, eres libre de hacer lo que quieras, pero si quieres un pequeño consejo de vida de mi parte - se acercó a mi oído - piensa bien si quieres tener un hijo en el futuro, a menudo la tarea de ser madre se vuelve tedios...

Un sonido nos sobresaltó, la bebé había tirado el cesto de basura y ahora estaba todo desparramado en el suelo.

- Increíble, más para limpiar.

Reí viendo cómo la niña inflo las mejillas sin entender el enojo de su madre.

- Creo que voy a ayudarte.

Las flechas de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora