Entonces tenía que procesar en pocas horas de mi vida que Vincent no es real, que es una parte de Amadis que quiere salir a flote porque se enamoró de mí. ¿Quien en su sano juicio podía creer eso? Solo un loco. Ni siquiera.
Esa noche no pude dormir ni diez minutos, hasta que la alarma del reloj sonó mi actividad consistió en estar acostada con los ojos abiertos y mirando al techo.
Donald había contratado una agencia de fotografia aquí en Australia para tomar mis próximas fotos para Hamilton Hodell, así que de alguna forma el trabajo continuaba.
Personalmente estaba destruida, había llorado, tomado alcohol y la última vez que dormí seis horas seguidas fue hace cuarenta y ocho horas, antes de subir al avión. Pero nada que el maquillaje y los efectos especiales no solucionen, ¿Verdad?El timbre sonó, miré confundida y abrí la puerta. Era Jules, ¡Jules!
- Jules...
- Lo siento por venir a tu casa tan de repente - miró que estaba vestida y que tenía mi cartera lista - ¿Ya te ibas?
- Si - sonreí de lado - tengo una sesión de fotos en una hora, pero tranquilo, tengo tiempo para ti. ¿Que ocurre?
- No me gustó lo que pasó anoche, me sentí pésimo. Tanto que no pude dormir.
Mi cabeza dió una puntada, más quisiera que mi único problema de la noche haya sido ese momento "raro" con Jules.
- Está bien, no me molestó, creo que te entiendo.
- ¿En serio? - movió la cabeza para ambos lados - Pearl, realmente me gustas y me duele ver que cada vez que los dos nos encontramos algo se rompe. Lo mejor es que ya no nos veamos más.
¿Qué? Eso sí fue una sorpresa.
- No es necesario que eso pase.
- Para mí es lo mejor - interrumpió - me pone muy incómodo verte después de lo que pasó, no quiero que tengas una visión errónea de mi.
No la tengo, te lo aseguro.
- Está bien - conteste sabiendo que no tenía a nadie más a quien perder - lamento que haya sido así.
Jules me sonrió con pena y se fue, eso había sido raro y comenzaba a creer que mi poca vida amorosa se estaba desmoronando desde lo que pasó ayer. No dudaba ni un segundo que Amadis tenía que ver con esto, a pesar de que le había pedido claramente que se aleje de mi por siempre.
Salí de mi casa sin muchas esperanzas de tener un día bueno, caminé por las calles viendo que todos parecían estar feliz menos yo.
Esperé parada a cruzar la calle, un niño venía con su mamá, parecía estar muy enojada y gritaba en un idioma que yo no conocía, quizás sea portugués.
Esperando que los autos frenen me concentré en la discusión de ellos dos, el niño parecia tener 6 años y tenía una expresión de cansancio.
Una última frase culminó la discusión, el niño me miró con vergüenza, ja, como si pudiera entender algo.Me agaché con disimulo y le susurré intentando generar complicidad:
-¿Qué te dijo?
Él me volvió a mirar sorprendido- Dijo que todo es diferente ahora.
Los autos se detuvieron y todos pudieron cruzar la calle, aunque yo me quedé parada por unos segundos hasta que reaccioné. Todo era diferente ahora.
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Las flechas de Cupido
Novela JuvenilPearl sabe mucho de películas, de escenas de besos y de cómo enamorar a toda una sala de cine a través de la pantalla, lastimosamente siempre ha sido una desgraciada en el amor, y su punto de quiebre es cuando encuentra a su prometido, Ed, engañand...