25. It's just indifference

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-Ya no debes preocuparte por Blue, ella no va a subir esas fotos. Puedes volver a Nueva York con la certeza de que tu carrera no va a arruinarse.

Me había encontrado con Edward en una cafetería simplemente para decirle las seis palabras que debía y para sacarmelo de encima. No quería deberle nada, ni tener algo que me ate a él, parte de pensar en Edward era pensar en mi pasado.

-¿Cómo me garantizas eso?

- El tiempo me dará la razón, confía en mí, Blue no tiene forma de volver a acceder a esa estúpida foto.

Levantó las manos en señal de rendición - Está bien, espero que así sea. Oye, lamento haber venido hasta aquí, imagino que no me quieres ver.

Imaginas bien, y si me reuní contigo es solo para decirte lo que querías escuchar y que te vayas de una vez de Australia.

- Está bien, supongo que era una causa de fuerza mayor.

-Pero...

Me sobresalté cuando w su mano apretar mi rodilla, le dedique una de mis peores miradas pero supongo que eso no fue suficiente para que entienda.

- No puedo mentirte, Pearl, te extraño, desde que terminamos busco consuelo en cualquier otra mujer pero ninguna me hace sentir lo mismo que tú. Odio haber creído que separarnos era la mejor opción.

- Me engañaste cuando estábamos juntos, y en ese momento no pensaste en qué yo era irremplazable - contesté sonrojada sin poder creer el atrevimiento.

- Blue fue un error, siempre lo será, y me dolió que nunca hayas querido escuchar mi versión más aun sabiendo que Blue siempre te detesto.

Por supuesto que sabía que parte del engaño era plan de Blue para debilitarme, pero Edward no era precisamente ninguna víctima.

- No me importa, deberías asumir la responsabilidad de una vez y dejar de comportarte como un niño. No lo eres. Supiste lo que hiciste cuando te hundiste dentro de ella en nuestra habitación, ni siquiera pensaste en lo vergonzoso que eso era para mí.

- Pienso en ti todos los días, al principio me enoje contigo porque admitiste frente a toda una multitud que yo te había engañado, pero ahora me doy cuenta lo difícil que es vivir sin ti.

Solté un suspiro y sonreí mirándolo, era muy gracioso notar que no le creía nada.

- Qué curioso, en este tiempo yo olvidé por completo que tú existías, odio a la estúpida de Blue entre muchas otras cosas por haber echo que regreses a mi - tomé mi cartera y dejé unos billetes al lado de mi taza de café - no te extraño, no te necesito y aquí encontré formas más interesantes de ocupar mi tiempo.

Me levanté de la mesa, iba a irme pero  sonreí recordando algo.

- Ah, y si quieres seguir conservando fotos mías desnuda intenta en lo posible guardarlas en una carpeta más privada, no seas un idiota.

Su cara fue todo un poema, algunas personas habían escuchado lo que dije y murmuraban mientras veían a Edward.
No era amor, ni odio, solo indiferencia.

Las flechas de CupidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora