Las flechas de Cupido

30. Melting

No iba a romperle el corazón a Jules, ni a nadie, dudaba altamente de mis condiciones amorosas como para creer que podría lastimar a alguien en estos momentos.

- No viniste a dormir anoche.

Me sobresalté ante la voz de Piper, me miraba con una ceja alzada.

-¿Que haces en mi casa?

- Tonta, anoche te escribí para avisarte que pasaría la noche aquí, no me contestaste así que asumí que era un sí. Entré por la ventana y me sorprendió que no estés.

- Claro que no me avisaste, Pip no puedes entrar a mi casa como si nada, principalmente porque me incómoda que invadan mi privacidad y además algún día tendré problemas con la administración del departamento.

- Si que te avisé, te envié un WhatsApp a la noche.

- No me llegó nada.

Saqué mi celular de mi cartera y abrí WhatsApp, ahí estaba sin abrir el mensaje que Piper me había enviado anoche, hasta ahora no me había dado cuenta lo ocupada que Vincent me mantuvo.

Voy a dormir, llevo helado. 00:15

-¿Y el helado? - pregunté divertida.

- Tuve que comérmelo sola, ¡Desgraciada! Igual debo admitir que fue divertido estar en tu casa sin ti,  fue como estar en un hotel. Tuve comida, plataformas de películas gratis, incluso me di un baño con las sales exóticas que tienes en tu baño.

-¿Usaste mis sales? - asintió - está bien, puedes llevartelas, son horribles.

Subí a mi habitación para cambiarme de ropa, no era nada divertido ni higienico seguir con la misma ropa que usé la noche anterior. Mientras me cambiaba recordaba las manos de Vincent sobre mi cuerpo y el deseo se apoderó de mí, sin embargo me contuve pensando en que Piper estaba abajo.

- Entonces - me entregó una taza de café - no me dijiste que hiciste anoche.

- Tuve una cita, o algo así.

-¿Por qué parece que lo dudas? ¿Tan mala fue?

No en realidad, para nada.

- Nos estamos conociendo, así que fue una cita formal con tinte informal

Si tan solo supieras...

-¿Entonces tuvieron sexo? ¿En la primera cita? Eres una p...

Le tapé la boca mientras le dedicaba una mirada de los mil demonios, rió con maldad.

- Está bien, no te enojes conmigo, solo pregunto.

- Ese es el problema, no te incumbe Piper, tienes tu vida, yo tengo la mía y cada una vive en su propio espacio. El problema es que tú sabes todo de mí, y yo no sé nada de tí.

-¿Que quieres saber? - noté que se puso nerviosa - lamento no tener una super vida de famosa, nada de lo que veas va a sorprenderte.

- No quiero sorprenderme, estoy cansada de las vidas de lujo y que todos crean que por salir en películas solo busco lo lindo y lo estético, quiero saber más sobre ti. ¿Dónde vives? ¿En qué inviertes tu tiempo?

Me sorprendía preguntarle todo esto a ella, fue impulso, un momento intrusivo que me hizo decirle todo lo que realmente creía.

- Ese es el problema Pearl, yo sigo siendo la misma de siempre mientras tú cambiaste mucho.

- Sigo siendo la misma Pearl que conociste.

-¿Sabes que la Pearl que yo conocí me hubiera contado con detalles lo que pasó la noche anterior, verdad?

Me sonrojé sabiendo que tenía razón- Estás jugando una carta muy sucia, Pip.

- No es sucia si tengo razón.

A lo mejor si, algunas cosas habían cambiado.

- Entonces hagamos un trato porque parece que es la única manera de que ambas podamos abrirnos con la otra, voy a contarte sobre lo que pasó anoche y sobre él solo si tú me muestras en qué estás trabajando y me hablas más de tu vida.

- Debo pensarlo - levantó los ojos hacia el cielo en señal de pensamiento - Está bien, me parece un trato justo. Pero realmente creo que terminas perdiendo con este trato, nada interesante puede desprenderse de mí, así que si insistes...

- Yo no lo creo así, dices que no cambiaste nada y a mí me parecias muy interesante cuando nos conocimos siendo adolescentes.

-¿De qué va todo esto? - preguntó evitando mi último comentario - ¿Por qué estás tan misteriosa? ¿Acaso estás enamorada?

Que pregunta tan complicada para hacerle a una persona que no sabe lo que siente.

- No lo sé, mis sentimientos son un desastre en este momento.