Capítulo 3: "Presentación"

9.4K 927 268
                                    

Al día siguiente me había levantado un poco tarde de lo habitual, la noche y los terrores de mis sueños no me habían dejado dormir, hasta el día en que había pisado el infierno tan solo algo parecido a una pesadilla. Al levantarme de la cama pude notar con curiosidad la manta a los pies de mi cama algo removida.

"Debe ser una broma" pensé, sería ridículo que alguien hubiera pasado la noche sentado en mi cama y mucho menos en mi habitación sin siquiera yo haberlo percibido. Justo estaba por arreglar el moño de mi corbata cuando pude ver en el reflejo del espejo una pequeña sombra pasar por una esquina a otra de mi habitación, eso no me causó ninguna gracia, pero tampoco era temor, alguien como yo no conocía el significado de esa palabra.

- Dime que es lo que haces aquí, ¿Crees que puedes pasar desapercibido? –justo en ese momento una pequeña silueta de sombra apareció a los pies de ventana, surgiendo de aquella mancha el mismísimo Lucifer.

- Mis más sinceras disculpas, Al... parece que había dejado unos asuntos pendientes contigo el día de ayer –dijo tras hacer un movimiento con su mano para aparecer su báculo del cual se apoyó e inclinó su sombrero a modo de saludo

- Oh, pero si es usted~ Que agradable verle por aquí, majestad... -sonreí ampliamente, aunque aquello para nada me causaba gracia, había burlado mi defensa y mis sentidos. – Algo me dice que no viene nuevamente a visitar a Charlie, ¿busca algo en especial?

- No, ella está bien, en cambio... creo que debo tocar unos puntos importantes contigo –su sonrisa se desvaneció y se acercó un par de pasos hacía mí, obligándome por mero instinto a retroceder.

- Me gustaría tener una conversación agradable con usted, pero tengo tareas que hacer con su hija –repuse haciendo una pequeña reverencia, estaba dispuesto a irme de esa habitación, pero sus garras me tomaron del hombro y me doblegaron a inclinarme lo suficiente para estar a su altura o tal vez un poco más abajo.

- No, no, no querido... Alastor –su voz se suavizó con un toque de diversión, no podía moverme, algo me lo impedía. – Creo que no me has entendido, hablaré contigo y después podrás irte... Al menos podrías hacer eso como un favor por haber interrumpido mi esplendida reunión con mi manzanita o como una orden de tu rey~

No me dejó opción, no quería empezar una guerra con él, al menos no por ahora, asentí con levedad y el me soltó, dejando ir aquella fuerza de mi cuerpo para poder incorporarme mientras le veía ir, sentándose en mi elegante silla.

- Perfecto, empecemos~ Quisiera que fueras completamente sincero conmigo, ¿Qué es lo que realmente haces aquí? Mm~ -cruzó sus piernas dejando su báculo sobre ellas, esperando con una fría mirada con algo de diversión

- Ya le he explicado majestad, como verá espero poder cooperar....

- No digas tonterías Al, ¿crees que puedes burlarte de la muerte? ~ -aquello si no me lo esperaba, su sobra apareció detrás de él, mostrándome un intenso brillo en sus ojos. – Deseo saber la verdad, ese proyecto es en realidad un sueño inalcanzable, pero mi pequeña está encantada, es algo ilusa y no quiero romper sus esperanzas.... Pero tú eres un pecador, estoy seguro que estás aquí por razones mayores, al menos que busques torturar a mi hija –sin duda parecía una amenaza, su mirada era intimidante, pero tampoco quería darle el gusto de verme doblegado ante él, antes de ser un demonio vaya que veía a la muerte a la cara y me burle de ella más de una vez.

- Perdóneme, pero ha malinterpretado mis acciones, sabe que soy un mentiroso, pero no puede negar que usted también lo es, y por ello sabe que no puedo exponerme completamente, pero le seré sincero en que busco algo de diversión en ver el fracaso de su adorada hija –sonreía dando un par de pasos hacía él mientras mantenía mi porte con mis manos tras mi espalda.

Almas DestinadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora