Almas Destinadas

Capítulo 38: Un eterno baile a tu lado

// Lamento la tardanza en publicar esta vez...

// 🌹Cerremos con esta canción "Rewrite the starts" esta sensitiva historia~🌹

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*LUCIFER*

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Me pregunto de repente tantas cosas, mi mente que ha sido testigua de la eternidad, de la creación del universo y de los primeros humanos, me inundó en plenitud por tantas maravillas, llevando esas emociones a mis hermanos al igual que mis creaciones y sueños que esperaba compartir, y entonces en un giro repentino, conocí el otro lado de la luz, donde ella terminaba y macaba la crueldad, el dolor, la oscuridad, el pecado y el amor, el sentimiento por el que fui castigado. El amar como significado no es simplemente de afinidad por otra persona, es mucho más que eso, donde se debela el respecto, la conexión intangible e inefable que lleva a ambos a un disfrute de sentimientos en la libertad de decisión de estar junto al otro.

Mi mente se había roto desde hace siglos, pero mi corazón había superado aquel dolor por ese hermoso sentimiento, y ahora tenía ante mí a la persona que me encontró, quien fue una luz en esa nube de depresión quien extendió su mano para sacarme de aquel abismo y que, con palabras tan simples, me decía que curaría todas mis heridas. Todo ello, me hacía pensar si esto realmente era lo indicado, si yo era digno de él, si cada obstáculo que pasé fue necesario para llegar aquí, y pese a mis dudas, a lo que temía arruinar si podía ser lo correcto o no, al final entre esa neblina de pensamientos me di cuenta de que solo estaba él esperándome. Deseaba decirle la infinidad de días que lo espere e intentos por encontrar la forma de librarnos de este caos, hablándole con mi voz muda, solo con la mirada y una sonrisa, deseando gritarle que ahora solo lo veía a él, únicamente a él, esperando que fuera quien me sacara de esa inhóspita tristeza... "Mi querido Alastor ¿También me estás mirando ahora? ¿Te quedarías a mi lado en las noches sin luna? ¿Incluso sin la luz del día? ¿Me abrazarías aun sabiendo que estuve en otros brazos? ¿Me aceptarías aun sabiendo lo patético que soy, como un ángel y un demonio? ¿Me dejarías caminar a tu lado a pesar de mis errores? ¿Me amarías aún en mis tristezas? ¿A pesar de que estoy herido? ¿A pesar de estar tan roto?"

- Al... -Le llamé un segundo, sintiendo los nervios de las dudas en mi mente hacer estragos en mi mirada cuando sus ojos volvieron a cruzarse con los míos.

Después de haber aclarado algunas cosas con mi querida manzanita, parecía que un peso se había ido de mis hombros cuando ella comprendió la decisión que tomamos su madre y yo, aunque aún faltaba por aclarar bastantes cosas, pero incluso ella se había adelantado a decirme que todo estaba bien, que incluso Lilith ya había hablado con ella en un rápido encuentro, diciéndole que esto terminaba para nosotros, pero no dejaría de ser su hija. Por supuesto, Lilith siempre fue una mujer genuina y amorosa, pero en temas delicados donde faltaba algo más que empatía solía ser más tosca, aunque lo intentaba remediar. Sabía que le dolía como a mí aquella separación y, aun así, por Charlie, nuestra hija, haríamos las cosas bien, al menos por representación de aquel amor que como pareja tuvimos, como compañeros de siglos que ahora solo se verían como algo que fue, con cariño y respeto a los buenos recuerdos que construimos juntos.

Al final, parecía que había dado un paso más hacia mi relación con Charlie pues me contó de sus maravillosa idea que la tenía tan encantada, aferrándose a que podía funcionar, aunque una parte de mí le preocupaba el simple hecho de saber que trataba del cielo no podía dejar de pensar en si las cosas salían mal, pero en su mirada sin duda se reflejaba algo que alguna vez me motivó a no rendirme, por lo que luche en aquel tiempo, así que ¿Qué podía hacer un padre cuando su querida hija le mostraba abiertamente sus sueños? Era el momento de dejar de darle la espalda por mis temores y confiar plenamente en que podía cambiar algo, y eso solo podía ser si le brindaba mi total confianza a esa pequeña manzanita que había madurado tanto.