Capítulo 8: "El Rey"

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Entonces, por un instante mientras contemplaba la perfecta pareja que hacían ambos, la mirada de Lucifer se cruzó con la mía y su sonrisa creció aún más, le llamó a su esposa y esta se inclinó para que le susurrara al oído, riendo dulcemente antes de alejarse de ella, avanzando hacía mi dirección. No había problema ya que Charlie no era notada como sus padres por los invitados.

- ¡Papá! ¿Cómo estás? No pensé que fueras a hacer algo así, todo se ve fabuloso~ -le recibió Charlie abrazándose a él, eran casi de la misma altura, que singular. Y él, no se resistió en devolverle el abrazo levantándola unos centímetros del suelo y darle una vuelta.

- Pero mira que hermosa se ve mi manzanita~ -sonrió orgulloso a su hija y volvió a cruzar su mirada con la mía. – Caramelo, ve a saludar a tu madre, tiene deseos de verte, me quedaré con Alastor un momento.

Ella asintió encantada y justo cuando se alejó, Lucifer dio un par de pasos hacia mi acomodando su traje con una sonrisa modesta, estábamos frente al público así que lo menos que pude hacer fue una elegante reverencia ante su presencia.

- Majestad, es un placer volverle a ver –sonreí siendo recibido con la misma sonrisa.

- Querido Al~ Me complace saber que aceptaras mi invitación después de todo –sonrió un poco más y paseo la mirada alrededor. – Que los demás no nos impidan hablar, querido~ ¿todo ha ido bien? Tu energía parece que se ha estabilizado un poco más Mmm~

- M-Majestad, creo que no es el momento ni el lugar adecuado para hablar de eso –dije con media sonrisa, viendo cómo se pasaba su mano por su rubio y sedoso cabello.

- Es verdad, también extrañe tu presencia –confesó sin aviso, provocándome casi al instante un rubor apenas notorio que le hizo soltar una pequeña risita. – Por cierto, querido, quiero presentarte a alguien especial~

En medio de la multitud, Lucifer solo tuvo que hacer un ligero y elegante movimiento hacia donde estaba la Reina quien levantó la mirada y sonriendo se abrió paso entre la multitud para llegar hasta nosotros con Charlie a su lado.

- Demonio Radio, es un placer conocer al fin al socio de mi hija –Lilith era sin duda mucho más imponente de cerca, tenía una gran presencia, un elegante porte, era incluso un poco más alta que yo y su físico realmente era digno de una gobernante. La primera hija de Dios, pero que sorpresa.

- Es todo un honor su alteza, Lilith –moví mis brazos y me incliné hacia enfrente haciendo una elegante reverencia frente a la reina quien sonrió ante aquello complacida. – Sería un placer que me llamara por Alastor, majestad.

- Sin duda tienes una esencia única, con razón mi hija a estado escribiendo mucho de ti. Me hubiera gustado haberla ido a visitar.

- No se preocupe por ello, siempre será bienvenida cuando lo desee –le sonreí viendo a Charlie quien también se veía encantada. – Puedo asegurarle que estoy a disposición de su hija, mi fuerza es suya~

- Ya veo~ Espero que mi querido Luci no haya provocado algún incidente cuando fue de visita~ -aquel apodo sin duda me hizo gracia, era un poco curioso ver a la mujer tan enamorada y a Lucifer correspondiendo con la misma personalidad.

- Querida, solo había ido a visitar a nuestra manzanita~ Por cierto, ella me comentó que tenía preparado un obsequió para su hermosa madre~ –Lucifer vio con complicidad a su hija quien al recordar aquello tomó de la mano de su madre para alejarla, dejándonos solos nuevamente.

- ¿No es hermosa? Cuando la conocí no me di cuenta hasta después, cuando ya me tenía a sus pies~ -me comentó Lucifer mientras veía a su esposa irse, dejando sus brazos descansar tras su espalda. – La creación perfecta de Dios~ Quien lo diría, ella es mucho más que solo ese detestable sobrenombre de ese hijo de... Al, querido, si alguien la llegase a tocar juraría que le haría sentir una eterna tortura~ -sonrió complacido viendo a su esposa.

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