Almas Destinadas

Capítulo 4: "Búsqueda"

Mis labios habían sangrado lo suficiente para dejar una herida abierta la cual tuve que curar con algo de energía, no sabía cómo o por qué Lucifer me había callado con un beso, si se podría decir así, no tenía idea de lo que había pensado, pero era seguro que sus colmillos tenían algún tipo de efecto contra mis sentidos. Pasé mi mano sobre mi cabeza, acomodando un poco mi cabello y mi traje mientras analizaba la situación, ahora que le conocía y parecía que el que tenía ventaja en cuanto a información era él, había entrado en su juego mucho antes de haber planeado algo contra él, pero tal vez eso aceleraría resultados de algún modo, entretenidos.

Cuando por fin me repuse, bajé a la primera planta del hotel donde Charlie salió a toda prisa hacia mí y haciendo lo que en mi vida había sentido, un pequeño abrazo que no me esperaba, parecía que mis sentidos seguían algo dormidos por la recién conmoción.

- Oh Alastor, l-lo siento... -se separó en seguida cuando nuestras miradas se cruzaron. – es solo que debo darte las gracias, mi padre anoche me escribió diciendo que le había agradado tu compañía, decía que se sentía más tranquilo de saber que te tenía como socio~ Creo que esto del hotel está resultando~

- Buen día querida~ -sonreí ampliamente al verle dando saltitos emocionada, aunque me inquietaba su padre. – Es muy atento de su parte, esperemos cumplir con sus expectativas

- Agh Vete a la mierda –dijo Vaggie apareciendo de una de las habitaciones. – Maldito hijo de... olvídalo, casi estropeas todo, el señor Magne puede tener poca paciencia y pudo haberle rechazado esto a Charlie, aunque sea su hija, esto no es un maldito juego

- Vamos Vaggie... tal vez tengas razón, pero todo salió de maravilla –dijo la rubia acercándose a ella tomando sus manos con entusiasmo. – estoy feliz de que al fin te haya conocido~ -no era tonto como para no haberme dado cuenta que ambas tenían una relación más allá de la amistad, ¿con que así era el afecto? Era algo curioso, aunque no podía sentir empatía por ello.

- Bueno, creo que me retiro señoritas, tengo asuntos pendientes que hacer fuera -me despedí de ambas, rumbo a la salida del hotel, donde me encontré con Husk que pasaba con un juego de cartas.

- Buenos días querido amigo

- Vete al carajo Alastor... -me saludo a su modo mientras pasaba de largo. Era el momento de ir a visitar a una vieja amiga, si quería tener algo de información más confiable y concisa.

Rosie era la mujer perfecta, la única en su clase a la cual me había aliado hace un tiempo pues teníamos gustos similares en cuanto a la perspectiva de entretenimiento, y ninguno de los dos a pesar de ser Overlords teníamos interés alguno en esa estupidez de jerarquías. Podría decir que fue de las pocas personas que había permanecido a mi lado cuando llegue aquí, incluso cuando era un humano, me alegra saber que tuve con quién compartir fragmentos de mi vida.

Doble la esquina, pasé el lindo jardín y abrí una pequeña puerta escuchando la campanilla sonar, viendo a Rosie que salía a recibirme con ese elegante porte que tenía siempre. – Oh si eres tú, querido Al~

- Mi querida Ros, ¿Cómo te ha tratado el infierno? –le sonreí con una pequeña reverencia tomando su mano con un gesto amable mientras ella sonreía y se abrazaba de mi brazo.

- Igual que a todos querido, llegas justo a tiempo, quería que probaras una de mis nuevas recetas~ -claro referirse a recetas, podría ser de cualquier tipo, ella amaba la comida extravagante y con eso no descartaba el canibalismo.

- Oh vaya, creo que por el momento paso –sonreí divertido sin ser grosero mientras íbamos a sentarnos a una mesa en el pequeño jardín que tenía en la parte trasera.