CAPÍTULO 03

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Mientras Saeng caminaba junto con Kyong, platicaba con él acerca de la llegada de Jung Min a su casa.

—¡Oh!, Pobre Jung Min. Siempre le tocan personas así... —susurró.

—Si Kyong, llegó muy molesto contándome lo que había pasado con el otro chico.. en fin. ¿Cómo me encontraste? Pensé que nadie me ayudaría...

—Ya lo sabes. Te dije muchas veces que yo seré tu protector, te aprecio mucho Saengie.

Saeng rió ligeramente y sacó las llaves de su bolsillo para entrar a casa. Cuando ambos entraron, vió un montón de cosas como vegetales, frutas y utensilios de cocina en una mesa grande y nueva.

—Papá... ¿Qué es todo esto?

Su padre sonrió y apuntó con la barbilla a Kyong.

—Lo traje para el negocio de tu padre, yo también tenía que comprar cosas para el restaurante y traje un poco, por eso te encontré. Cuando llegue a dejar todo esto le pregunté a tu padre por ti y me dijo que recientemente habías salido, así que te seguí cuando esos tipos te "secuestraron".

—Ya veo, pero... No es necesario Kyong, sin embargo muchas gracias siempre te preocupas por nosotros.

—No tienes porque agradecerme Saengie, somos amigos y los amigos se ayudan — abrazó a Saeng —nos vemos luego, tengo que regresar.

Saeng asintió y Kyong se marchó, Jung Min salió de la habitación mirando con una sonrisa a Saeng.

—¿Era él?

Asintió.

—Vaya, creo que se quién es. Es el dueño de los restaurantes Kang, la competencia de los Kim, ¿No es así?

—Si —suspiró cansado —desde que nos conocimos, nos hicimos grandes amigos. Como puedes ver de vez en cuando nos sorprende con cosas como estas. Trato de negarme siempre, pero lo hace cada que puede.

—Hmmm, ¿Y esa sonrisa tonto?, Yo creo que se gustan.

Negó de inmediato.

—Lo quiero mucho. Él es como un hermano mayor para mí.... Me hubiese gustado tener un hermano.

—No te deprimas Saengie, ¡Yo también soy tu hermano mayor!

Saeng sonrió y asintió.

—Gracias. Tú también me apoyas tanto.

Por la noche, Saeng estuvo muy inquieto. Ni siquiera podía dormir, solo rondaba por su cabeza lo que había hablado con Jung Min en la tarde.

Definitivamente aún dolía... Aún se sentía sin vida y deprimido por aquel hombre que juró amarlo hasta el último día de su vida.

Cerró los ojos, pero el recuerdo persistía.

—¿Q-qué estabas haciendo con esa mujer?

—Nada.

—Ella era la persona con quién te ibas a casar... Creo que lo cumplirás, tienes el anillo puesto.

—Young Saeng, debes entenderme. Lo nuestro jamás sería de verdad, tú y yo no podemos estar juntos.

—¿Por qué?, ¿Por qué solamente me usas?

—No, Saeng... Comprende porfavor, mi padre quiere que me case con ella.

—¡Claro!, Porque ella es una mujer y yo no, porque ella tiene dinero y yo no, porque ella puede darte hijos y yo no... ¿¡Por qué más!?

—Young Saeng, no digas eso.

—¡Basta!, Esa es la maldita verdad. Ojalá nunca te hubiese conocido, solo eres un hombre estúpido y mimado.

—Saeng...

—No me vuelvas a buscar. En un tiempo fuiste lo mejor en mi vida, ahora ya no.

—¡Young Saeng!, No sigas porfavor. No hagas esto más difícil cariño.

—Cállate. Espero que si a esa mujer le prometas algo, lo cumplas... No como a mí.


Era un recuerdo deprimente y molesto a la vez. Saeng se levantó y con mucho cuidado abrió la puerta para salir.

Salió afuera de su casa, encontrándose de inmediato con una banca de madera, donde guardaba recuerdos con aquel hombre. Se sentó allí y miró detenidamente cada uno de los dibujos y palabras que ambos habían escrito.

Comenzó a llorar recordando esos tiempos, donde estaba junto a su lado y se sentía feliz. Jamás espero que él le rompiera el corazón de la peor manera, pues cuando Saeng se marcharía a estudiar en Alemania, aquel hombre prometió esperarlo para casarse.

Se encontró con una escena devastadora, llegando de Alemania pudo ver al hombre a un lado de una mujer, una mujer con aspecto adinerado y sofisticado, sin mencionar con sinceridad su belleza.

Aquel hombre le besó y la tomó de las manos.

Saeng no quiso mirar más, se marchó de inmediato. Se había dado cuenta de la cruel realidad, la mentira que se rumoraba era verdad. Saeng sería apartado de la vida de ese hombre.

Mientras Saeng miraba toda la banca, se encontró con una fotografía de los dos, que decidió desprender para luego romperla en pedazos con coraje.

De pronto apareció su padre, se acercó a él y se sentó a su lado.

—¿Por qué lloras hijo? —miró la fotografía hecha pedazos —¿Es por Jae Yoon?

Saeng asintió limpiando sus lágrimas y tratando de calmarse.

—¿Cuándo volverás con él?, Puedo notar que lo amas, ¿Por qué lo dejaste?

—¡Tú sabes porque! —se levantó molesto —No vuelvas a insistir con que lo busque o algo así... Siempre me dices eso.

—Young Saeng....

—¡Basta!, ¡Quiero parar! —gritó dejándose caer de rodillas en el suelo —Solo quiero dejarlo atrás. Quiero que no vuelvas a pedirme que me disculpe, porque yo no tengo la culpa, la víctima soy yo.

Su padre se agachó y lo abrazó.

—Lo siento. Pero, el es un buen tipo hijo, no se cuál sea la razón exacta de su separación, pero aún pueden arreglar las cosas.

—¡No papá!, ¿Qué no entiendes que se casará?

—Pero....

Negó —Ya no papá. No insistas, no quiero hacerme más daño.

—Está bien. De todas formas ya eres un adulto y tú sabes que hacer respecto a eso —susurró.

𝙈𝙄 Ú𝙇𝙏𝙄𝙈𝘼 𝙋𝙄𝙀𝙕𝘼 - 𝙃𝙔𝙐𝙉𝙎𝘼𝙀𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora