11: Luces y sombras en el circuito del destino

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AMÉLIE

Ay, Barcelona. Linda Barcelona.

Camino al lado de mi hermano por el paddock, se para a firmar un par de cosas y seguimos caminando.

—¿Por qué tienes esa cara de muerta?

Me mira de reojo Pierre mientras firma una camiseta. Cuando termina vuelve a ponerse a mi lado.

—¿Cara de muerta?—asintió—joder, la base no sirve para ni para sus muertos.

Pierre se ríe y le miro con mala cara.

—No te rías de mí.

Se seguía riendo y negué con la cabeza. A veces mi hermano podía llegar a ser muy mi hermano. Nos cruzamos con Valt y no tarda en llegar a nuestro lado después de firmar también un autógrafo.

—¿Has visto que de gente hay?

Valtteri alucinaba y nosotros solo nos reímos.

—¿Cuántos años tienes, Valt? ¿Ocho?

Me fulminó con la mirada y Pierre se carcajeó.

—Ya sé que suele haber mucha gente, solo que no sé porqué específicamente hoy, ¿no tendría que ser en Silverstone?

—No te lo creas tanto como mucha gente que yo sé.

Pierre me señaló con la mirada y lo empujé.

—¡Oye! Yo no me lo creo.

—No, anda que no.

—Eso no es verdad—miré a Valt—¡Valt dile algo!

—Me siento como un padre teniendo que cuidar a sus dos niños pequeños.

Nos hicimos los ofendidos y fuimos detrás de él por llamarnos niños, al final se resguardó detrás de Lewis y crucé los brazos.

—No se vale, escondiéndote detrás de una leyenda. 

Lewis se rió y Valt salió de detrás de ella.

—Me van a pegar, Lewis, diles algo.

—¡No te apropies de mis frases!

Al final todo acabó en risas y abracé a mi finlandés favorito.

—Quiero ir a tu box, Valt.

Le dije mientras me separaba de él. Frunció el ceño y me senté al lado de Hamilton.

—Resulta que mucha gente os ve como el vikingo y el actor de karate kid.

—¿Cómo?

Sonreí.

—Vamos, Valt, no digas que no.

—¡Pero no soy vikingo!

—Ni él es actor de karate kid, pero la gente dice que sí.

—Vente si quieres, pero no digas eso muy fuerte por favor.

—Oye, me ofendes, Bottas.

—Siempre lo haces, Gasly.

—Oh, por dios, ¿siempre son así?—preguntó Lewis a Pierre y mi hermano asintió—¿nos vamos?

Pierre volvió a asentir y se fueron.

—Que mentirosos que son, nosotros no somos así.

—Eso, nosotros nos queremos.

Salimos del box de Mercedes y caminamos como dos modelos que somos.

—Parecemos modelos.

Valtteri se rió a carcajadas y yo sonreí.

—Es la verdad, Valt.

Negó con la cabeza y nos cruzamos con Carlos y Lando.

—¡Carlos!

Lo llamé y este se giró.

—¿Qué?

—¡Guerra!

El español me miró maliciosamente y me acerqué a Valt.

—Pon tu espalda y cárgame a caballito.

—No me rompas la espalda, eh.

—Tranquilo, las veces que lo he hecho con Pierre ha salido siempre bien.

—En la piscina, ¿no?

—Ay, cállate, Valtteri.

Me monté en su espalda y miré a Lando.

—Las normas son fáciles, Carlos y Valt solo nos acercan, no pelean y no se vale empujar con intenciones de caernos al suelo.

Norris asintió y empezamos la batalla. Todo iba bien, algunos pilotos y cámaras se habían acercado a vernos y eso hizo que me pusiera nerviosa pero pude con todo y cuando Lando se tambaleó, supe que había ganado la guerra.

—¡Vamos!

Me bajé de la espalda de Valt y lo abracé.

—Somos los mejores, Ami.

—Eso siempre.

Me separé de él con una sonrisa y me acerqué a Lando y a Carlos.

—Ha estado bien, ¿no?

Ambos asintieron y me rodearon los hombros con sus brazos.

—¿Estáis nerviosos por la carrera?

Les pregunté mientras vi que faltaba muy poco para que todo comenzara.

—Estamos como siempre, tranquilos. Que todo salga bien y para delante.

Estuvimos un rato más hasta que me fui al box de Alpine.

[...]

NARRADOR OMNISCIENTE

La carrera había comenzado muy bien, como en cada salida, algún que otro adelantamiento y algunos roces. El circuito de Barcelona se corría por la noche, así lo había decidido la F1 y así se estaba haciendo. Sin embargo, no todo estaba bien.

Antes de la carrera, sin que nadie los viera ni se supiera, Lando y Lewis Hamilton se habían enfrentado. Solo se habían dicho un par de cosas, cosas que no pasarían desapercibidas en la carrera.

Vuelta 33 de 66, Lando Norris iba cuarto detrás de Lewis Hamilton, iban a punto de llegar a la curva 10, cuando el piloto de 23 años se pegó al mayor, queriéndolo adelantar. El mayor viendo esto, puso resistencia según se lo pedía Toto Wolff por la radio, cosa que no le sentó para nada bien ni a Zak Brown ni a Lando Norris. De tanto presionar, las ruedas de detrás del Mclaren se pusieron encima de las del Mercedes, haciendo elevar el monoplaza por los aires, y aunque cayó bien, el mercedes también salió disparado hacia el lado contrario, ambos terminaron contra los muros, asustando a más de uno por tanto humo que salía del coche. El Mclaren estaba a punto de explotar, por eso, Zak Brown le pidió a Norris que se retirara del coche lo más rápido posible ya que nadie quería ver un accidente parecido al de Grosjean en 2020. Norris salió a tiempo justo antes de que el coche terminara de explotar y se calcinara entre tanto fuego. Norris se quitó el casco y se acercó a Hamilton que también se acercaba sin casco.

—Amélie es mía.

Fue lo único que pronunció el más bajito. Ambos se separaron y se acercaron a la pista. Norris se paró en el piano para poder cruzar el circuito pero el Ferrari número 55 se paró delante del inglés.

—Rápido, hombre loco.

Norris sonrió y se montó en el monoplaza de Sainz usándolo como taxi.

Amélie mientras tanto en el box de Alpine vió con sus propios ojos todo el accidente, de principio a fin y como había podido leer en los labios del ojiazul: "Amélie is mine". Por eso, salió del box de Alpine y se acercó a los del equipo naranja. Esperó a que el taxi rojo con el número 55 llegara y cuando llegó, miró muy mal a Lando. 

Los latidos del circuito [Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora