25: De vuelta a la pista del amor

210 12 0
                                    

AMÉLIE

Por fin había terminado en Madrid, por fin estaría al lado de Lando.

Caminé al lado de Pierre y cuando entramos en el paddock, nos separamos. Me pararon un par de veces para firmar cosas y cuando terminé, sonreí. No eran los ojos de mi novio pero eran parecidos.

—¡Valt!

Corrí hacia el finlandés y lo abracé, este se rió y me devolvió el abrazo.

—¿Cómo estás, Ami?

—Nerviosa.

—Es solo tu novio.

—Novio que quiere vivir conmigo.

Asintió y caminamos a la par.

—Quiero que gane esta carrera.

—¿Has venido con su camiseta?

—Sí, está debajo de la sudadera, pero no se lo digas a Pierre, eh.

—No, no.

Llegamos a los boxes y saludé a quien me iba encontrando por ahí, hasta que me tuve que despedir de Bottas.

—Buena suerte, Valt.

—Gracias, Ami.

Seguí caminando hasta que llegué a su box, estaba cerrado, seguramente estarían arreglando su monoplaza.

—¿Se puede?

Me asomé y Zak sonrió cuando me vió.

—Pasa, pasa, Lando no está.

Pasé sin preocupaciones y observé su monoplaza.

—¿Arreglándolo?

Zak asintió. Me quedé un rato con su monoplaza, tenía buena pinta, tendrían oportunidades para ganar.

—Por cierto, ¿dónde está?

—Dentro de nada llegará, lo hemos llamado para que venga.

Asentí y fui a su driver room. Me senté en el sofá y me puse a esperarlo con el móvil.

—¡Gracias, Zak!

Su voz, su bendita voz, cuanto de menos lo he echado. Giré mi cabeza y nos quedamos mirándonos. Un rato después reaccionó y se abalanzó sobre mí tumbándome en el sofá mientras daba besos en mi cuello y escondía su cara en él.

—Que bien hueles.

Me reí a carcajadas solo por eso y noté como sonreía.

—Te he echado de menos.

—Y yo a ti.

Nos quedamos en silencio apreciando la estancia del otro.

—¿Te vendrás a Londres?

En algún momento se separó de mí y se puso de lado mientras jugaba con mi pelo y yo miraba el techo.

—Sí.

Sonrió. Me dió un beso en la mejilla y se levantó.

—¿Estás nervioso?

—Sí, un poco sí, tengo ganas de ganar pero no confío en mí.

Se movía de un lado a otro mientras yo solo lo observaba.

—¿No confías en ti?

Nos miramos.

—A ver, sí que confío en mí pero yo sé que no tengo muchas expectativas en esta carrera.

Me levanté y lo abracé.

Estoy aquí, apoyándote, te amo, te he echado de menos, nos vamos a mudar juntos, esta carrera es fácil, para ti y para mí es fácil, solo intenta dar lo mejor de ti, tú sabes que el puesto que sea yo siempre voy a ser tu fan numero uno y te voy a apoyar siempre.

—Gracias, cariño.

—De nada, cielo, ahora ve, sal y dile al mundo lo buen piloto que eres.

Me sonrió y salimos de su driver room.

—Estoy listo.

Dijo y se colocó el casco.

—Me alegro porque eres el último en salir del box.

Asintió y me miró.

—Te amo.

—Yo también.

Me sonrió y le di un toque en la nariz, me lo devolvió y se metió en el monoplaza, no tardó mucho en salir y me senté al lado de Charlotte para ver la carrera.

—Hacía mucho que no lo veía así, lo has cambiado.

Le di una sonrisa plena.

—Él sí que me ha cambiado.

Al final quedó séptimo y lo recibí con un abrazo y un te lo mereces en su oído.

Los latidos del circuito [Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora