Extra I

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2023

Lando ha tenido accidentes y accidentes pero en ninguno, lo he pasado tan mal como en este.

Estamos en Las Vegas, el penúltimo circuito de la temporada y ayer en la clasificación a Lando no le fue bien, acabó eliminado en la Q1 junto a Oscar.

Y aunque la FIA eliminó algunas vueltas quedando él en decimoquinta posición no corrió la Q2.

Todo iba bien, antes de empezar la carrera Zak me dijo que si quería me podía poner en el muro de boxes e ir escuchándolo. Mala idea.

Todo iba bien, no hubo ningún problema ni nada hasta que en alguna vuelta, no sé en cuál porque perdí la noción de las vueltas, se le va el coche, y esperando a que lo recuperara, veo que no podía hacer nada. Ni por él, ni por el coche. Acabó contra la pared y yo no pude controlar mis ganas de salir de ahí.

—Lo siento.

Entré en su box y Charlotte fue detrás de mí. Sabía que estaba bien, lo sabía pero no me gustaría pensar en qué le pudiera haber pasado si no hubiera estado bien.

Charlotte me abrazó un rato hasta que llamaron a la puerta.

Ambas nos giramos y Lando estaba ahí, con el casco en mano y no tenía buena cara, seguramente había estado llorando bajo su casco y ahora se lo hubiera quitado.

Charlotte salió y mi marido cerró la puerta.

Se sentó sobre la cama y nos abrazamos. Ninguno pudo controlar sus ganas de llorar, sin conseguir ser el pilar del otro.

Nos acostamos sin separar nuestros cuerpos del otro y Lando habló.

—Lo siento, no debería de haberte asustado así. Cuando me di cuenta de que ya era muy tarde como para volver a tener el control del coche estaba pensando en lo mucho que te quería y en que iba a salir de ahí, sin saber cómo pero lo iba a hacer.

No dije nada, solo me quedé entre sus brazos, creo que aún mi cabeza no se creía de que era real, de que después del accidente él estaba bien y aunque con algunos daños, no había salido tan mal parado como había pensado.

Y aunque no era el mejor momento, sabía que se iba a alegrar. Por eso decidí decirle que estaba embarazada.

Chérie, nos has asustado mucho, no lo vuelvas a hacer.

—No, honey, tranquila que no...—se interrumpió a sí mismo cuando se dió cuenta—¿has hablado en plural?

—Sí, ¿qué pasa?

—¿Estás embarazada?

Asentí con miedo. A lo mejor sí que no era un buen momento.

—Dios mío.

Besó mis labios con fiereza y lo recibí con gusto.

—Me has hecho el hombre más feliz del mundo.

Sonreí. Se separó de mis labios y apoyó su cabeza en mi pecho mientras estiraba algún rizo de su pelo. El embarazo fue un rayo de luz después de la tormenta, supongo que por eso, cuando Aline nació la recibimos con tanta alegría y amor. 

Los latidos del circuito [Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora