20: La victoria del corazón en la última curva

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LANDO

Me había sorprendido tener a Amélie en la radio pero me alegraba, quería ganar esta carrera y lo iba a hacer fuese como fuese.

Última vuelta, última curva, estaba oliendo el culo de Max. Tengo que ganar, por ella, para que se quede.

Última curva, veo como Max deja un espacio por donde me puedo meter y no dudo en aprovecharlo, lo adelanto y aprieto tanto el acelerador que creo que se va a soltar, aparecen los fuegos artificiales y sonrío mientras dejo de acelerar, fue cuando escucho de nuevo a Amélie.

—Sabía que podías, te lo he dicho.

Dudo decirlo pero ahora es lo que menos me importa.

—Ami.

—Dime.

—Te quiero.

—Y yo a ti, campeón.

Sonrío aún más y me adentro en los boxes. Aparco en la primera posición y tardo muy poco en salir del monoplaza. Me quito el casco y la busco como si me fuera la vida en ella, me la encuentro detrás de la valla, con los mecánicos, a su lado está Zak. Le sonrío y me acerco andando como si fuera caperucita roja, dando saltitos.

Me acerco a ella y cuando la tengo delante sonríe.

—Eres muy tonto.

Le di media sonrisa y le di un pico. Abracé a Zak y después de abrazarme con el resto del equipo me volví hacia ella. Le susurró algo Zak y esta asintió. Saltó la valla y me abrazó, y se acercó a mi oído.

—Iré como si fuera tu ingeniera.

Yo amo a Zak.

Asentí y le abracé.

—Te quiero mucho, muchísimo.

—Y yo a ti, rulitos.

—¿Rulitos?

Fruncí el ceño ante el apodo y ella rió.

—Fue idea de Lara, no es mi culpa.

—Me gusta.

—A mí también.

Nos avisaron de que ya teníamos que subir y fui con ella. En el podium le sonreí mientras se escuchaba el himno de Reino Unido; cuando fue hora del champán, lo removí muchísimo y cuando le di el golpe, salió muchísima espuma, le apunté y ella solo se rió mientras se dejaba. Mojé a Verstappen y a Hamilton y cuando se acabó el champán tiré de Amélie.

—¿Qué quieres?

No hablé, solo estampó sus labios contra los míos y la gente aplaudía. La abracé y susurró en mi oído.

—Que vergüenza—me permití burlarme de ella y me reí.

Bajamos del podium y se acercó a mi coche, la FIA ya había terminado de revisarlo por eso podíamos estar por ahí. Se puso sobre él y sonreí.

—Te queda bien.

Le di el casco y sonrió.

—¿Has visto?

Asentí y a mi lado apareció Pierre.

—Tienes una foto igual de pequeña pero en MI monoplaza—aclaró el "mi" y me miró—es mi hermana.

—Y yo soy su novio, me quiere más a mí.

Pierre me empujó y me reí. Amélie abrazó a su hermano.

—Has hecho una buena carrera, Pierre.

—Gracias, hermanita.

Se separaron y agarré la mano de Amélie.

Los latidos del circuito [Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora