19: La estrategia del amor en boxes

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AMÉLIE

Estaba al lado de Lando mientras escuchábamos a Zak.

—Pues nada, esta es tu estrategia de hoy, Lando.

Mi novio, que bien suena eso, asintió y Zak se fue; me miró y me dió un beso en la frente mientras se terminaba de poner el mono.

—Me vas a dar suerte, lo presiento.

—Que idiota.

—Lo digo de verdad.

—Y yo.

—Yo tengo más razón.

—Lo que tú digas ahora.

Me sonrió y me besó los labios.

—Isabella nos mira con asco y con rabia—le susurré y giró su cabeza para mirarla.

—Vamos a darle más asco.

Sonreí con satisfacción y lo besé con ganas, mordí su labio y gruñó.

—Tampoco era para hacerme sangre—dijo en medio del beso.

Me separé y le di una sonrisa inocente.

—Lo siento.

Se sentó en el sofá y me puse entre sus piernas para mirarle el labio.

—Te lo voy a curar.

—Si me besas ¿se cura?.

—No, no lo hará.

Hizo un puchero y sonreí.

—Un besito.

—No.

—Venga.

—Que pesado eres.

Le di un pico y me alejé de él en busca del botiquín. Cuando lo encontré, saqué gasas y betadine. 

Me acerqué de nuevo a él y me volví a poner entre sus piernas.

—¿Sabes una cosa?

—¿Qué?

—Hoy voy a ganar y vas a venir conmigo al pódium.

—¿Para dar una primicia o qué?

—Y para poder rociarte en champán y cuando lo celebre en tu cama poder saborearte.

Me sonrojé aunque rodé los ojos.

—Eres un pervertido.

—Me quieres así.

—Tienes razón.

Le curé la herida y sonrió, agarró mi cadera y me sentó en su pierna.

—¿En qué hotel te quedas?

—En el Abba Garden.

—Vale.

Me dió un beso en los labios e hizo una mueca.

—Me lele, ¿me cuidas?

Puso voz de niño pequeño y negué con la cabeza.

—Vas a tener que esperar.

—¿A qué?

—A ganar la carrera y follarme.

Se sorprendió abriendo su boca. Me alejé de él y abrí la puerta.

—Suerte, Norris.

Le guiñé el ojo y se sorprendió aún más. Me senté en una silla cerca del monoplaza y unos segundos después, salió.

—¿Qué te ha pasado?

Zak señaló su labio.

—Me he mordido demasiado.

Zak negó con la cabeza y Lando se puso el casco y se metió dentro.

Zak se fue para su zona de control y Lando me miró con sus ojazos pidiendo que me acercara. Isabella se me adelantó pensando que la había llamado para ella y Lando casi sale de su monoplaza para que lo dejara en paz.

Tosí falsamente y me miró.

—Que te jodan.

Levanté las cejas mientras me decía eso se iba. Negué con la cabeza y me acerqué a Lando.

—¿Qué te pasa?

—Te quiero.

—Y yo a ti.

—Siempre el cuatro, que te veo con intenciones de irte a Alpine.

Negué con la cabeza.

—Suerte, si no llegas el primero recuerda que para mí tú siempre ganas.

Me sonrió y le di un toque en su nariz.

—No puedo darte un beso.

—Con eso me conformo.

Le di una sonrisa y se bajó la visera. Me alejé del monoplaza y salió del garaje.

Me senté para poder ver la carrera. Isabella se acercó a mí y me susurró al oído.

—Lando es mío, a ti no te quiere.

La miré con superioridad y dije:

—Amiga, a ti no te quiere ni la madre que te parió.

Me miró ofendida y se fue cabreada, sonreí y pensé que si eso lo hubiera llegado a escuchar Lando me hubiera dicho celosa.

Alguien me tocó el hombro y le sonreí a Zak.

—Te necesito.

Asentí y fui con él al panel de control.

—Va quinto, a cinco segundos de Checo Peréz, y sé que tú le podrás ayudar. Sé que tú le hiciste esa herida en el labio.

Me sonrojé por lo último y me puse los cascos, ¿estaba preparada para hablar con él? Sí, era hora de que triunfara.

Suspiré y apreté el botón.

—Vas a cinco segundo de Checo, Lando y aunque me cae bien tienes que adelantarlo.

—¿Amélie?

—¿Alguna duda?

—¿Qué haces ahí?

—Concéntrate, Norris.

Dejé de apretar el botón y suspiré. Desde luego este trabajo no era para mí. Lando superó a Checo poniéndose en cuarta posición y estando a otros cinco segundos de Russell.

—¿A quién tengo delante?

Lo escuché y pulsé el botón.

—A Russell, también a cinco segundos, ya sabes que hacer.

Fue escalando posición por posición hasta que se quedó detrás de Verstappen a un segundo y medio, quedando tan solo dos vueltas para el final.

Volví a pulsar el botón.

—Quedan dos vueltas para el final, ¿podrás adelantarlo?

—Por ti, claro que sí.

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MARATÓN 2/6

Los latidos del circuito [Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora