5: Banderas a cuadros y corazones entrelazados

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Amélie

Me desperté con los brazos de Lando impidiendo que diese una vuelta sobre mi cuerpo. Observé que todavía estábamos en la hamaca y que ya era de noche. El yate de Charles estaba delante de el de Max y no se veía ninguna luz encendida por lo que serían por ahí de las doce de la noche.

Intenté levantarme pero Lando hizo fuerza y me volvió a tumbar, así que la única opción que me quedaba era despertarlo.

—Lando—lo moví con suavidad pero no me hizo caso—Lando.

Seguía sin despertarse pero al menos me soltó. Me levanté y encendí la luz de la cocina, haciendo que se despertara de un salto.

—¿¡Qué pasa!?

Me reí suavemente y le extendí la mano para que levantara. Me la cogió y lo subí.

—Vamos a la cama, es muy tarde.

Asintió y caminó detrás de mí mientras andábamos hacia el cuarto. Cuando llegamos se tumbó en la cama y tal como cerró los ojos tal como se quedó dormido.

—Pues sí que tienes un sueño profundo.

Sonreí y entré en el baño. Me até el pelo en una coleta alta y me acerqué a la cama. Me tumbé a su lado y cerré los ojos. Su brazo rodeó mi cintura y suspiré. A lo mejor no lo aceptaba en voz alta, pero sí que me gustaba dormir junto a él.

[...]

Me desperté por el ruido de fuera. Giré mi cabeza y Lando sonrió.

—Buenos días.

—Buenos días, ¿me observabas?

—No—negó con una sonrisa.

Le sonreí y me levanté.

—Voy al baño.

Asintió y me metí en la habitación. Hice toda mi skin care y mis necesidades. Cuando terminé y salí, me encontré con Pierre hablando con Lando.

—Ey, Amélie.

El británico me había echado cuenta y Pierre me miró con una sonrisa.

—Le estaba diciendo que si os queréis quedar aquí o veniros a desayunar al yate de Charles.

—No, vamos a quedarnos aquí.

Pierre asintió, me dió un beso en la cabeza y después de despedirse de Lando, desapareció por la puerta.

—Se van a creer que somos unos antisociales.

—Esa soy yo, que soy mala influencia para ti.

—No, no creo que seas una mala influencia para mí, yo tampoco hubiera ido.

Me encogí de hombros y me acerqué al armario.

—Ayer te dejaste "Orgullo y Prejuicio" abajo, Pierre lo ha traído.

—Ah.

Frunció el ceño.

—¿No te importa?

—Ayer me lo iba a terminar.

—¿Y por qué no lo hiciste?

—Me quedé dormida.

—Pues el final debe de ser aburrido si te quedaste dormida.

—Que va, es muy interesante el final, solo que ayer estaba muy cansada.

—¿Cómo sabes que el final es interesante si no lo has leído?

Los latidos del circuito [Lando Norris]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora