AMÉLIE
—Aline—mi hija de siete años me mira atenta. Su pelo castaño y rizado se mueve al girar su cabeza.
—Dime, mami.
—¿Has visto a papá y a Mike?
Niega y suspiro, ¿dónde se habrán metido estos dos? Llevo buscando a padre e hijo hace muchísimo tiempo pero no los encuentro. Bajo las escaleras y miro en la cocina. Los veo reírse llenos de harina. Me apoyo en el marco de la puerta y Mike me señala.
—¡Mami!
Sonrío y mi hijo viene corriendo hacia mí hasta tirarse en mis brazos. Lo cojo en el aire y río cuando me da un beso en la mejilla.
—¿Qué estábais haciendo que ni Aline ni yo os encontrábamos?
—¡Pasta!
Exclama mi pequeño de cinco años y lo dejo en el suelo. Embarazada de ocho meses me impide tenerlo en brazos mucho tiempo.
—Te deberías de sentar, honey.
—Estoy bien, de verdad.
Digo aunque Lando me consigue sentar. Acaricia mi mejilla mientras nos miramos a los ojos. Han pasado años desde que nos casamos y dos meses después de casarnos acabé embarazada de Aline, la mayor. Dos años después nació Michael, dos años después Jules y ahora esperamos a Antoine.
Antes de que fuera el cumpleaños de Aline, Lando insistió en apuntarle a karts, según él porque quería que probara, pero yo sé que lo hace porque quiere que alguno de sus hijos sea piloto aunque también sé que no le importaría si no lo fueran.
Pero resulta que a Aline le encanta ir a los karts y su padre está loco con ella.
—Voy a terminar de hacer la pasta mientras te cuento como Aline ha quedado segunda desde que empezó la última.
Termina de hacer la pasta mientras me lo cuenta, le brillan los ojos, sé lo orgulloso que está de su hija.
—Le veo futuro a Aline.
Sonrío y me levanto con un poco de dificultad. Me ayuda y me acerca a él.
—Te amo.
—Y yo a ti.
Nos besamos y oímos unas risillas en la puerta de la cocina. Giramos nuestras cabezas y encontramos a los tres observándonos desde la puerta.
—¿Qué hacéis ahí?
—Nada—dijeron al unísono y nos reímos.
—Venir aquí.
Lando cogió a Aline y a Mike mientras yo cogí a Jules.
—¿Sabéis que vamos a hacer este fin de semana?
—¿El qué?
—Ver a papá en Silverstone.
—¡Bien!
Los tres celebran y nos reímos. Los tres tienen una energía que siempre me recuerda a Lando. Lando me da un beso en la mejilla y deja a los niños en la encimera.
—Deberías descansar.
Asentí y me besé brevemente sus labios.
—No les llenes mucho de harina.
—¡No!
Me río mientras subo las escaleras, no me equivoqué, no.
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Los latidos del circuito [Lando Norris]
FanfictionEsta historia de amor transcurre en el emocionante mundo de la Fórmula 1, donde dos almas dispares, Amélie Gasly, la hermana del famoso piloto Pierre Gasly, y Lando Norris, un joven y talentoso piloto británico, se encuentran en un giro inesperado d...