The Only Exception | winrina

Capítulo 31: Hasta decir basta

Karina

¿A quién iba a mentir? Estaba aterrada.

Me daba miedo ser tan feliz, porque era así como me sentía... Plenamente feliz. Siempre creí que este sentimiento era algo que nunca volvería a vivir desde antes de que muriera mamá, no solo porque me fuera imposible sentirlo, sino porque si algo daba pie a felicidad... Una enorme carga de culpabilidad me comía por dentro.

Siempre pensé que ser feliz era un lujo que nunca podría permitirme, aunque tuviera todo el dinero del mundo.

Pero entonces apareció ella y me cambió la manera de pensar por completo. Antes diría que estaba siendo egoísta pero ahora me doy cuenta de que si mamá siguiera aquí, ella adoraría a Minjeong. Mamá sería la típica madre que sentaría a mi novia en la mesa de la cocina y le preguntaría sobre su vida mientras le prepara una taza de chocolate caliente.

Y sé que estaría feliz de verme así, construyendo mi vida.

El problema es que me daba miedo que esta felicidad terminara. La sentía como un sueño febril, como algo que no estaba ocurriendo de verdad. Pero lo era.

Abrí el cajón de la mesilla de mi habitación y saqué mi pequeño cofre, hacia años que no veía la luz. Le quité el polvo y una pequeña sonrisa se escapó de mis labios.

Pequeñas fotos con mi madre, con mi familia... Entradas de cine deterioradas, cuando mamá me acompañó al concierto de The Fray, el reproductor de cassetes, cuando me guardaba la caracolas que me traía de sus escapadas a la playa... Todo estaba aquí dentro.

Este cofre era como una maquina del tiempo. Cada cosa que veía me recordaba a un momento específico que creía que mi cerebro había eliminado, pero no era así.

Entonces encontré una cinta de música con unas iniciales DITML. Supe que canción era en ese mismo momento.

Dancing in the moonlight.

Era nuestra canción y lo fue hasta el final, aunque no me haya vuelto a atrever a escucharla. Suspiré, agarré el radiocassete y puse la cinta.

Tragué saliva. Le di al play.

La melodía de la canción empezó a sonar con fuerza, no sabía exactamente cómo sentirme. Era una mezcla de emociones muy extrañas y muy diferentes.

—We get it almost every night, when that moon is big and bright —canté en un susurro—. It's a supernatural delight... Everybody's dancin' in the moonlight.

Esbocé una sonrisa. Para mi esto era un paso importante, una manera de conectar con algo que no sabía ni que podía. La canción siguió reproduciéndose y le bajé el volumen. Agarré la pequeña foto que había de ella sonriendo.

—Mamá, lo siento —musité en voz alta—. Tal vez si no hubiera sonado esta canción en el coche seguirías aquí —tragué saliva—, o si no hubiéramos salido de casa ese día todo seguiría igual... Sé lo que me dirías, lo sé, pero lo siento igual.

Mis ojos empezaban a empañarse.

—También siento no haber hablado más contigo en estos años... Tenía miedo —mi voz se quebró—. Supongo que era miedo a enfrentarme a todo yo sola. Pero creo que lo estoy superando —sonreí.

—También quería contarte que tengo novia —sonreí—, se llama Kim Minjeong. Es encantadora... Me quiere, me cuida, me trata como a una princesa. Papá la adora... Y mira que es raro eso —mi sonrisa aumentó—. Ojalá pudieras conocerla.

Hice una pequeña pausa.

—Siento que tengo tantas cosas por contar —reí—. Voy a terminar la carrera de moda y pausaré los conciertos por un tiempo, quiero estudiar y se me da bien... ¿Es una sorpresa, verdad? Yo tampoco lo esperaba.