Capítulo 17: Saber y estar

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Minjeong

Terminé de escuchar toda la historia de su accidente con lágrimas en los ojos. Me sequé con la manga, intenté disimular pero era inútil. Era de lo más doloroso que había escuchado nunca.

—Siento haberte hecho llorar —bromeó.

—No, no lo sientas. Es solo que me ha impactado.

—Supongo que por eso no lo cuento. Eres la primera persona que... —se calló.

—¿Que lo sabe?

Ella asintió tímida.

—Gracias por confiar en mí, en ese caso —hablé de nuevo. Ella esbozó una sonrisa—. ¿Puedo preguntarte algo?

—Claro —respondió.

—¿Eres feliz siendo Katarina Bluu?

Ella suspiró y se encogió de hombros.

—A veces sí, siento que estoy cerca de ella, que tiene sentido todo lo que hice. Pero otras veces... No sé lo que estoy haciendo.

—¿Has pensado alguna vez en dejarlo?

—¿La fama? —asentí—. Sí, más de una, pero no es tan sencillo —rió—. No puedo simplemente decir que lo dejo y ya está.

—Imagino... Tiene que ser duro —musité—. Oye... Dios, lo siento, estoy haciendo demasiadas preguntas.

Karina sonrió y negó.

—Te dije que preguntaras lo que quieras, luego te tocará a ti responder también —rió.

—Hecho. ¿Por qué te matriculaste en la universidad de repente? ¿Querías empezar de cero?

Karina tuvo que reírse, se tapó el rostro con las manos avergonzada y me dio una breve mirada. Estaba confusa por su reacción.

—¿Qué pasa? —pregunté confusa.

—Me da vergüenza.

—¡Oye! —reí—. Conmigo que no te de vergüenza.

—¿Contigo no? —alzó la ceja, tragué saliva—. A ver, no me matriculé por voluntad propia. Fue mi padre.

—¿No querías?

—Para nada. Fue un castigo por haber ido a una fiesta universitaria a escondidas.

—¿La fiesta de mascaras?

—Esa misma. Por eso me tuve que ir tan rápido, mi padre llamó a Giselle porque yo no respondía y a la mañana siguiente me trajo mi castigo a la cama, como una princesa —sonrió.

No pude evitar reír. Karina estaba en esa universidad por la fiesta de máscaras, indirectamente también por mí.

—Ahora tiene más sentido tu enfado cuando nos cruzamos esa mañana...

—Primer día de clase y me congelan las tarjetas, fue bastante caótico.

—Yu Karina, eres una caja de sorpresas.

La rubia esbozó una sonrisa tímida y apartó la mirada. Estaba tan guapa cuando sonreía...

—¿Y tú, Kim? ¿Me vas a contar ya que te traes con Yeji?

Aquello me pilló desprevenida y por sorpresa. Abrí los labios para hablar y los volví a cerrar intentando pensar en qué iba a decir o preguntar.

—¿Yeji? ¿Quieres saber de ella?

—Quiero saber por qué esta tan obsesionada contigo.

¿Eso eran celos o curiosidad?

—Ya... Te responderé porque tú me has contado muchas cosas más —suspiré—. A Yeji la conocí en una fiesta, nos enrollamos y acabamos...

The Only Exception | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora