Karina
A veces me molestaba no encontrar palabras suficientes para agradecerle a Giselle todo lo que ha hecho por mí.
El dia que me marché de casa de Minjeong y me subí al taxi, apenas sabía lo que estaba haciendo. Yo solo lloraba y lloraba, le comuniqué al hombre la dirección pero él me preguntaba si estaba bien, si necesitaba ir al hospital. Yo negaba, solo le pedía que por favor me llevara a casa.
En el momento que llegué a casa subí corriendo a por mis pastillas. Mery, la mujer del servicio, me vio así de alterada y fue tras de mí. Le pedí por favor que no le contara nada a mi padre ni a Irene. Al principio se negó, era uno de mis ataques y necesitaba que una persona adulta fuera consciente pues es algo serio, pero entonces llegó Giselle a casa y me salvó de aquello.
—Karina... —dijo yendo hasta mí y abrazandome.
Empecé a sollozar en sus brazos. Las lágrimas caían sin cesar, me sentía inutil e impotente.
—Ya esta, cielo... Ya pasó —dijo acariciándome.
—¿Por...por qué me p-pasa esto a mí? No puedo más...
—Vamos, ya pasó todo... Ya estás en casa. ¿Te tomaste las pastillas?
—Sí...
A los minutos empecé a calmarme y me separé, tenía que contarle lo sucedido y a mi me daba pavor solo recordarlo, pero sabía que era lo mejor.
—Tuvimos... —me callé y ella asintió—, pero después me quitó la camiseta y vio las cicatrices... No sé que me pasó Giselle, la manera en la que me miró, en la que pronunció mi nombre... Me sentí un monstruo —una lágrima cayó por mi rostro—. Sentí la ansiedad en el cuerpo.
—Lo sé cielo. Hablé con ella...
—¿Hablaste con ella?
—Me llamó por teléfono... Ella estaba...
—¿Qué?
—Llorando, bastante preocupada.
En ese momento me maldije porque Minjeong era la primera persona que me hacía sentir cosas tan bonitas en mi interior. Era la primera y única persona con la que estaba desde el accidente y eso ella no lo sabía, y es totalmente normal, yo nunca se lo dije.
Empezamos nuestra extraña relación en base a peleas, discusiones, entonces se tornó a besos y tensión. Me centré tanto en ese juego de tira y afloja, de pura diversión que teníamos, que no me di cuenta en las consecuencias.
—No sé si quiero verla, Giselle.
—No tienes porque verla ahora.
—No hablo de ahora, hablo en general —tragué saliva—. No se si quiero volver a verla.
—Karina... Eso es muy radical, a ella le...
—No lo digas —interrumpí—. Ella y yo solo nos hemos odiado desde que nos conocimos. Era un juego sin sentido que solo provocaba daño. Cortar eso sería lo mas sano.
—Karina... Por mucho que dijerais eso, que os odiáis, sabes que no es así. Una persona que te odia no me llama llorando por ti. Sé que en el fondo sientes algo por ella, al igual que ella por ti.
Aquello me dio un vuelco al corazón.
—Giselle...
—Sabes que tengo razón.
—No lo creo. Yo... No quiero verla, no lo entiendes —mis ojos se llenaron de lágrimas—. Sus ojos al verme, su mirada sobre mí... No quiero que sepa sobre el dichoso accidente y que me tenga pena. Así que prefiero usar nuestra relación de amor y odio como excusa para terminarlo.
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The Only Exception | winrina
Fanfiction¿Qué pasaría si dos personas completamente opuestas se encuentran en una fiesta de máscaras y conectan? ¿Qué pasaría si después descubren que se detestan? Winrina fanfic. Historial original. No se permiten adaptaciones por ahora.