Capítulo 12: El día que te arruiné la vida

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Minjeong

Mis manos temblaban, mi corazón latía sin cesar, me estaba poniendo muy nerviosa por lo que acababa de suceder y no sabía que hacer. Sentí el miedo crecer dentro de mí.

Salí corriendo al porche y vi que ya se habia marchado. ¡Joder! ¡Ni siquiera llevaba coche!

Saqué el teléfono y marqué el numero de Ningning.

—Vamos... Responde...

—¿Sí?

—Ningning, por favor, necesito que me ayudes. Dime el teléfono de Giselle.

—Esta aqui conmigo, ¿qué pasó?

—Pásamela.

Escuché su voz tras la linea. Noté mis ojos llenarse de lágrimas de los nervios que estaba sintiendo.

—¿Qué sucede, Minjeong?

—Estaba... estaba con Karina... Tu-tuvimos sexo, y estaba todo bien... Entonces le quité la camiseta y vi sus cicatrices... Se puso muy nerviosa Giselle, le iba a dar un ataque. Se marchó... Intenté frenarla y se fue... Giselle no sé que hacer...

En ese momento ya estaba llorando.

—Mierda... Joder. Gracias por avisarme, voy a buscarla.

—¿S-sabes donde esta?

—Sí, creo que sí.

—¿Puedo...? —me interrumpió.

—No, será mejor que no.

Las lágrimas caían por mi rostro, me estaba sintiendo impotente y completamente inutil.

—Por favor, cuéntame que ha pasado. No entiendo nada.

Escuché un suspiro tras la linea.

—Karina tuvo un accidente de coche hace años, estuvo muy grave, casi no sale de ello. En el accidente murió su madre.

Me quedé sin habla. No supe que decir. Por eso le afectó lo que le dije de sus familiares, por eso el ataque de pánico, y yo solo la juzgaba por el simple hecho de ser famosa.

Me sentía una mierda de persona.

—Minjeong... —habló de nuevo—. No lo sabías, no es culpa tuya.

—Lo es.

—No lo es, ella nunca te contó nada. No eres adivina.

—Quiero verla, Giselle.

—Te llamo después, ¿vale? Le pediré a Ningning tu número.

—Por favor dime si esta bien. Avísame.

—Lo haré.

La llamada se cortó y me llevé la mano a la cabeza. Siempre solía juzgar a gente famosa porque para mí todo el mundo estaba hecho de la misma pasta, pero a veces olvidaba que son personas con problemas personales. Y la había cagado, una vez más.

***

Mi móvil estaba sobre la cama, lo miraba de reojo cada diez segundos esperando la dichosa llamada. Habían pasado tres horas desde que llamé a Giselle y no sabía nada de Karina.

No se me iba de la cabeza sus cicatrices. Solo al verlas se sabía que tenían mucha historia detrás, lo tuvo que pasar tan mal, sumándole la perdida de su madre... No se merece ni la mitad de lo que le pasó.

Estaba sentada en el taburete frente al cabellete. Agarré el pincel y empecé a dibujar como manera de desahogo, de distracción.

Primero empezó siendo lineas, al final siguió a un rostro. Recordé a Karina preguntándome si hacia realismo. La verdad es que no solía hacerlo, pero esta vez mi mano me llevó a dibujarla a ella.

The Only Exception | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora