Capítulo 22: Sufrir A Verte Caer

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Minjeong

¿Sabéis ese momento en el que te despiertas y te preguntas por qué te despertaste? Así me sentía todos estos días. Me pasaba la tarde llorando en casa, porque la mañana tenía que pasarla fingiendo algo que no soy, algo que no quiero ser.

Ya no solo eso, sino que me sentía como una mierda y para rematar, completamente sola. Después de la discusión que tuve con Ningning y Giselle las cosas se volvieron aun peor.

—Kim Minjeong dime que es una broma lo de Karina. Dime que no la has dejado así porque sí.

Tragué saliva. Aparté la mirada.

—Ningning, no quiero hablar de ello.

—¡¿Estas de puta coña?! ¡Ella te quiere y sé que tú también la quieres!

—No es tan fácil, Ning. Es mejor así.

—¿Quién eres y qué has hecho con mi amiga? —negó—. Encima me ha dicho Giselle que te han visto con Yeji, no me jodas.

—Lo que haga o deje de hacer no es incumbencia de nadie.

—Lo es cuando haces daño a mi amiga.

—¿Y yo? ¡¿Yo no lo soy?! —pregunté dolida.

—Si hiciste todo lo que hiciste no creo que te haya dolido mucho —dijo seria.

En ese momento quise llorar porque a mí me había dolido casi tanto como a Karina, aunque no lo supiera.

—Sí, estoy con Yeji, ¡¿pasa algo?! —le grité enfadada.

No sé ni por qué lo hice. Mi corazón se me iba a salir del pecho, dolía de la ansiedad que me estaba comiendo por dentro, y la mirada de Ningning sobre mí terminó siendo la guinda del pastel.

—No te reconozco... —negó—. Búscame cuando vuelvas a ser la misma de siempre.

Fue a marchase pero se giró una vez más.

—Y espero que estés contenta. Has destrozado a Karina, si era eso lo que buscabas.

Ningning se fue de allí y me desplomé en el suelo mientras lloraba. Las lagrimas caían por mis mejillas y los llantos se hacían cada vez más fuertes. Me sentía una mierda, pero daba igual la decisión que hubiera tomado, todas iban a hacer daño a alguien de una manera u otra.

Días mas tarde, en una de las clases, me crucé con Giselle. Pensé que me ignoraría hasta que la vi caminar directa hacia mí y sentí una sensación extraña en mi interior. Giselle me agarró de la muñeca y me apartó del pasillo.

—Solo vengo a decirte una cosa —tragué saliva—. No quiero que te vuelvas a acercar a Karina para nada, no quiero que la mires, ni siquiera que respiréis el mismo oxígeno, ¿vale?

—Giselle... —ella interrumpió.

—No, Minjeong. ¿Sabes por qué me molesta tanto? Porque entiendo su dolor —dijo seria—. Porque sabías lo que le había costado empezar algo sentimental y la has roto por dentro. Alguien como tú no merece ni lo más mínimo.

Mis ojos estaban apunto de echarse a llorar una vez más. Si ya me sentía una basura, ahora era aún peor.

—Esta bien —susurré—. No me acercaré.

Ella negó con la cabeza. Solo su mirada trasmitía mas que mil palabras, dicho eso se marchó dejándome ahí sin saber qué decir.

No me sentía con fuerzas de seguir en el centro, así que agarré mis cosas y fui directa a la salida. Necesitaba llegar a casa y volver a mi rutina donde lloraba y me martirizaba por haber hecho sufrir así a Karina.

The Only Exception | winrinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora