Una noche cualquiera te acuestas con lo que creías que iba a ser un tío más que no ibas a volver a ver pero te equivocas, vas a tener que pasar mucho tiempo con él ya que te lo vas a encontrar todos los días en el trabajo.
Inconscientemente y de man...
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- Alba - me llama uno de los hombres del staff.
- Dime.
- Mañana a primera hora tienes que anunciar que Pedri se ha lesionado en el entrenamiento de hoy - me cuenta, madre mía, ¿hoy se tenía que lesionar?, no me puedo librar de él.
- ¿Se ha lesionado Pedri? - pregunto.
- Sí, María te mandará un pequeño informe con lo que tiene para que puedas subir el anuncio.
- Vale, gracias - digo antes de seguir mi camino hacia el parking.
Estoy a punto de llegar a mi moto cuando me suena el móvil, lo cojo de mi bolsillo leyendo la pantalla. "Fer, hermano Pedri". Pero, ¿qué quiere este hombre ahora?
- Hola - digo descolgando.
- Hola, ¿qué tal? - me pregunta.
- Déjate de rodeos Fer, ¿qué quieres? - le digo directamente, está claro que no me ha llamado para preguntarme como estoy.
- ¿Puedo hablar una cosita contigo?
- Si me vas a hablar de tu hermano ahórratelo - le digo directamente, no me apetece hablar de él.
- No, no, voy a pedirte consejo de una cosita mía - me dice y yo la verdad es que no entiendo nada.
- No entiendo nada pero bueno, te escucho - le contesto.
- A ver, es que he quedado unas cuantas veces con una chica, ayer vino a casa a merendar y se le cayo un pendiente en el sofá, ¿tu crees que debería llamarla y dárselo? - me dice y yo me quedo congela, como Fer no me esté vacilando la he cagado, me he enfadado con Pedri cuando no tocaba.
- Dime por favor que lo que me estás diciendo es mentira y no he quedado como una tonta.
- Es la verdad, pero no has quedado como una tonta - me dice Fer.
- No, claro que no- digo irónicamente.
- Alba, no te preocupes ahora por eso, si has pensado lo que has pensado tus razones tendrás, pero te aseguro que para Pedri no ha habido otras desde hace semanas y semanas, y mucho menos las ha traído a casa, solo has sido tu... - me dice Fer dejándome callada - Alba, ¿estás ahí?
- Sí, sí, ¿está en casa?
- ¿Quién? - me pregunta sin entenderme.
- Pedri, ¿está en casa?
- Sí, sí, está aquí en casa - me contesta.
- ¿Puedo ir?
-Claro que puedes - me contesta de manera obvia.
- En unos 15 minutos estoy ahí - digo de modo de despedida antes de colgar.
Me monto en mi moto y me dirijo a casa de Pedri, pensando en las palabras adecuadas para decirle. No sé como he podido cagarla tanto enfadándome con él, mi principal problema es que no he dejado que me explique nada.
