Una noche cualquiera te acuestas con lo que creías que iba a ser un tío más que no ibas a volver a ver pero te equivocas, vas a tener que pasar mucho tiempo con él ya que te lo vas a encontrar todos los días en el trabajo.
Inconscientemente y de man...
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- Hola - escucho la voz de Pedri a mis espaldas.
- Hola - le saludo con una sonrisa de boca cerrada, estamos en la ciudad deportiva, los chicos están entrenando y yo estoy a un lado del campo grabándolos - Acabas de terminar la sesión de recuperación, ¿no?
- Uhm - asiente.
- ¿Ha ido bien?
- Sí, como siempre - me dice asintiendo de nuevo - ¿Vienes luego a mi casa y hacemos plan de peli y manta?
- No puedo.
- ¿Por qué? - me dice poniendo cara de pena.
- Cosas mías - le digo encogiéndome de hombros, la realidad es que mañana es San Valentin y le estoy haciendo un regalo.
- ¿Tengo que preocuparme? - me dice ahora más serio.
- ¿Preocuparte? No - digo rápidamente, no quiero que se ralle ahora por esto pero no sé que excusa poner - Mañana nos vemos, ¿vale?
- Vale - asiente no muy convencido - Voy a saludar a estos - dice ya que acaba de terminar el entrenamiento, yo simplemente asiento.
Pedri va a saludar a sus compañeros, habla un poco con ellos y poco a poco van saliendo del campo, cuando ya todos han salido lo hago yo también dirigiéndome hacia el parking.
- Rubia - me saca Pedri de mis pensamientos cuando estoy andando por el parking concentrada mirando el móvil.
- ¿Qué pasa? - me acerco a él que esta apoyado en su coche sonriendo mientras guardo mi móvil en el bolsillo de mi chaqueta.
- Nada, solo quería estar un rato con mi novia a solas - me dice jalando de mi brazo para pasar sus brazos por mi cintura para pegarme a él y acercar su cara a la mía para juntar nuestros labios y besarme.
- Pedri... - le digo con una sonrisa pero aun así mirando hacia un lado y a otro por si viene alguien.
- No hay nadie, ahora están todos duchándose - me dice intensificando su agarre en mi cintura - Ven a mi casa un rato rubia, comemos temprano, nos echamos una pequeña siesta y a las 17 te vas - me dice hundiendo su cabeza en mi cuello.
- No puedo - le digo acariciando su pelo.
- Venga rubia, solo un rato - me dice separando su cabeza de mi cuello para mirarme poniendo cara de pena.
- No puedo enserio - le digo ya que tengo que comprar algunas cosas todavía porque dejo todo para última hora y no tengo todo, además de que tengo que hacerle el regalo.
- Jo - me dice mirándome como si fuera un niño pequeño.
- Pero no pongas esa cara, bebé - le digo soltando una carcajada.
- ¿Bebé? - me pregunta sorprendido mirándome con una pequeña sonrisa, es la primera vez que lo llamo asi.
- Has parecido un bebé poniéndote así - digo riéndome otra vez - ¿Por qué estás tan insistente? - le pregunto alzando las cejas mientras acaricio su pecho por encima de su sudadera.
