The End?.

Capitulo 18.

"Cold Shoulder".

–Vete–Lo corrió–No quiero seguir durmiendo contigo.

–Te aguantas por que yo si, no dormiremos en camas separadas solo por tu berrinche–Adele entro a su armario tomando su pijama, su almohada y celular.

–Entonces me voy yo que no te soporto–Antes de salir las palabras que salieron de la boca de Simon la hicieron regresarse a encararlo.

–Espero no vayas a meterte al cuarto de Diego que no soy estupido.

–¿Y si así fuera que? Tú ya te metiste con ella así que no debería dolerte que te haga lo mismo.

–No te engañe Adele, nunca me ha pasado por la cabeza si quiera hacerlo. ¿Porque tendría que buscar en ella lo que tú me das?–Era cierto, Simon no le había engañado.

Por lo menos no de la manera que Adele pensaba.

(...)

–Es la migraña que a veces no me deja en paz, me hace marearme y sentirme débil–La pelirroja le explico recargándose en el hombro de Simon.

–Déjame ayudarte–Le puso el brazo alrededor de su cuello–Es mejor que te recuestes un momento.

Entraron a la suite, la cargó y la hizo recostarse en la cama.

–¿No va enojarse tú esposa?–Acaricio su brazo

–No tendría porque, no estamos haciendo nada malo y además Adele poco viene al hotel–Se sentó a su lado entregándole una botella de agua–Necesito hacer unas llamadas y vuelvo–Lulu lo detuvo del brazo provocando que quedara más cerca de ella.

Simon no podía negar que tenía unos ojos divinos, una sonrisa encantadora...antes de que todo pasara ellos eran los mejores amigos. Lulu siempre estuvo enamorada de él, y él necesitaba olvidar a Adele, años atrás.

Tampoco podía mentir al decir que nunca la quiso, siempre le resultó muy atractiva y con una personalidad demasiado agradable.
En un arranque fue cuando decidieron casarse.

–¿De verdad nunca te hice falta? Éramos felices juntos, nos contemplábamos ¿Tan rápido me olvidaste?–Se acercó a su rostro, le acarició la mejilla dulcemente.

–Estoy casado Lulu y amo a Adele–Ella mordió su labio provocándolo, lo logro ya que el bajo la vista a ellos.

Simon siempre pensó lo cual sensual era aquel labial rojo intenso...que su esposa había dejado de usar hace mucho.

–Cuando te fuiste con ella también estabas casado, también me querías ¿Eso fue impedimento? ¿Porque tendría que serlo ahora?

(...)

–Espera–Tomó su mano, Adele se soltó bruscamente–Lo podemos arreglar.

–El problema aquí, es que ya no quiero.

De todos los infortunios que afligen a la humanidad el más amargo es que hemos de tener conciencia de mucho y control de nada.

Salió azotando la puerta, camino torpemente aún, se fue directo a su estudio que era apartado de la casa, los dividían grandes paredes y una distancia no muy larga, la única conexión era un gran pasillo.

Tenía un pequeño baño ahí, con cautela metió a bañarse y el dolor seguía ahí, presente.
El dolor físico y del alma, no quería pensar más en eso, se apresuró saliendo en menos de cinco minutos...el agua ayudaba a confundir sus lágrimas.