Capitulo 30.

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"Can't I Get It".

Inevitablemente los besos entre ellos estaban llegando muy lejos

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Inevitablemente los besos entre ellos estaban llegando muy lejos.
Inevitablemente se estaban dejando llevar sin pensar en las consecuencias, aunque en realidad no serian más que eso, solo besos.

Mientras estaban recostados en el sofá, Adele le acariciaba la espalda disfrutando las sensaciones de sus ardientes besos. Sintió la calidez de sus labios bajando por su cuello, no lo detuvo.

Escucho algo caer al suelo de madera, era imposible que no hiciera eco con el silencio del lugar.
Al girar su rostro se dio cuenta que había sido el collar que Simon le había regalado hace quince años, no se lo quitaba mas que para ducharse al igual que la pulsera que le había regalado a Ellie.
Diego ni si quiera se había percatado.

–No–Lo apartó quedando sentada, se inclinó un poco para poder alcanzarlo–Es mejor que me vaya, la lluvia ya paro.

–¿Estas bien?–Se le vio preocupado por la reacción de Adele–Yo...lo siento, no debí.

–Me tengo que ir–Repitió

–Te llevo, el camino debe estar peligroso y bebiste–Se acercó al tiempo que Adele se puso de pie.

–Mi casa está a menos de diez minutos, llegaré bien–Tomo sus cosas saliendo apresuradamente sin esperar una palabra más de Diego, aunque intento alcanzarla le fue imposible.

Había quedado en avisarle su llegada, sin embargo no lo hizo. Salió a la terraza a fumar como era costumbre no sin antes cambiarse de ropa.

Se sorprendió al ver llegar el inconfundible y lujoso carro de Simón, se estacionó y bajo entrando a la casa sin más. Eso la hizo molestarse.

–No puede entrar y salir como si nada cada que se le antoje–Dijo para si misma

Estaba dispuesta a enfrentarlo de una vez por todas, se sirvió otra copa mientras caminaba en dirección a donde muy seguramente el estaría, en su estudio.

–Buenas noches–Hizo sonar su voz–¿Que haces aquí, y a estas horas?

–Vine a recoger unos papales–Se limitó a responder

–Ya, para la próxima por favor avisa antes de venir...esta no es más tu casa.

–Si me contestaras las llamadas o los mensajes sabrías que te avise, fui a buscarte a la casa de modas y ya no estabas–Siguió buscando en los cajones de su escritorio–¿Has estado bebiendo, cierto?

–Si ¿Porque?–Dijo tajante sentándose en el sofá, cruzando las piernas tomando una postura bastante imponente.
La cual a él le volvía loco.

–Tú no bebes, por lo menos no así.

–Es cierto, pero esto–Miró detenidamente el movimiento del líquido dentro de la copa–O cualquier cosa es buena para salir de esta desastrosa realidad.

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