Capitulo 50-I.

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Parte 1/3.

Sentimientos.

Narra Adele.

Señora–Saludó con una sonrisa.

–Helen ¿Está Angelo?.

–Es jueves señora–Le recordó–El niño Angelo está en los ensayos.

Me reprendí porque después de mi ausencia ni si quiera estaba enterada que de nuevo estaba en ensayos. Mucho menos los horarios, era Simón quien ahora se encargaba.

–Puedes irte a descansar, Helen.

–Señorita Adele ¿Está usted bien?–Su rostro mostraba cierta preocupación.

No, no estaba bien.

–Estoy bien, solo un poco cansada.–Comencé a subir las escaleras con la poca fuerza que me quedaba.

–¿Gusta que le suba un te antes de irme? Quizá le ayude a descansar.

–Helen–Sonreí–De verdad estoy bien, puedes irte tranquila.

Apenas llegue a mi habitación me dejé caer en la cama, me abrace de la almohada a mi lado y cerré los ojos. Fue mala idea porque los recuerdos de nuevo invadieron mi mente y solo quería llorar. Sentía una opresión en el pecho que no cesaba y un sentimiento de tristeza.

Agradecí a mi celular que comenzaba a sonar, era una llamada de mi papá.

–Hola papá–Solté un suspiro.

–Hola cariño ¿Como estás?.

–Estoy bien–Mentí, no iba a preocuparlo.–¿Y tú, cómo está tu viaje?

–No suenas muy convencida, Delly. ¿De verdad lo estás?

–Si, lo estoy. ¿Cómo está tu viaje?–Insistí

–Es de trabajo, mi amor. Sabes que estos viajes son muy tediosos–Río–Y a mi edad lo único que quiero hacer después es ir a dormir.

–Dímelo a mi.

–Te llamaba porque quería hablarte de algo importante.

–Dime.

–Antes de venir fui a visitar a tu madre–Soltó sin más–¿Has hablado con ella?

–No he vuelto a saber de ella desde hace meses, no he tenido tiempo ni ganas. Seguro discutieron porque conozco a Penny y esa es la única manera que conoce de creerse superior e imponer.–Un nudo en la garganta se formó pero no me permití llorar–Somos iguales.

–No discutimos, hablamos y...–Se callo por algunos segundos–Quizá deberías ir a verla.

–¿Para que? No quiero hacerlo.

–Se que no y tampoco la estoy defendiendo ni justificando pero no se veía nada bien...–Lo interrumpí porque esto me estaba desesperando.

–¿Y que, ahora eres su salvador? No papá. Ella te alejo de mi, me mintió y por su soberbia me lastimó como lo hizo.

–Créeme que lo sé Adele y es tu decisión, de nadie más.

The End?. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora