The End?.

Capitulo 29.

"Hello".

–Hola Adele ¿Que tal?–Sonrió fingidamente

–Hola Grecia, y no interrumpes nada porque aquí no estaba pasando nada si eso piensas.

–Tranquila, no tienen que darme explicaciones–Saco una mochila y me la entrego–Son cosas que dejaste en mi casa, vine a traértelas porque me iré de viaje...ya te lo había dicho–Me vio de forma recriminatoria–No te quito más tiempo–Se dio la vuelta dispuesta a irse, con la mano se despidió de Adele.

–Espera–La alcance en el pasillo

–Es verdad cuando dije que no necesito explicaciones, no somos nada Diego solo nos gusta pasarla bien y ya ¿Ok? Tranquilo guapo–Acaricio mi mejilla y beso cerca de mis labios–Te llamo cuando vuelva.

Regrese al departamento.
Adele estaba sentada en una de las sillas de la barra comiendo unos trozos de queso que había picado antes.

–Así que cuando no llegabas a dormir era porque te quedabas en su casa–Soltó–¿Y siguen sin ser nada?

–Somos amigos–Rio

–Con derechos–Me encogí de hombros–Esta delicioso el queso ¿Donde lo compraste?–Pregunto cambiando el tema

–En el supermercado que está cerca de aquí.

–Te ayudare con la cena mientras te cambias–Se bajo de la silla, me acerque acorralándola entre la barra y mis brazos.

–¿Estas molesta?–Levanto las cejas

–Eres el tío de mi hijo, eres mi diseñador estrella, mi...¿Confidente? Pero de ahí en fuera no somos nada más, tampoco quiero explicaciones–Dijo firme

Narrador Normal.

Adele subió su manos frías colocándolas sobre el pecho desnudó de Diego.
Su mirada hizo el mismo recorrido que estas, era imposible no sentirse atraída.

Pero, para ella la atracción mental era mucho más fuerte que la física. De una mente no te libras ni cerrando los ojos.
También le atraía de esa forma inevitablemente.

–Alto ahí–Lo detuvo

–Deja de hacer eso entonces–La obligó a conectar sus ojos con los de el, ella soltó un pequeño suspiro.

–¿Hacer que, Diego?–Se hizo la desentendida

–Mirarme así–Su respiración era acelerada, tanto como su corazón que latía con fuerza–Tocarme así, provocarme.

–¿Y tú?–Alejo sus manos, las bajo apretando la bata que llevaba puesta, nerviosa.

–¿Yo que?

–¿Que pretendes? ¿Que también sea tu amiguita con derechos? No soy de esas.

–No he dicho que lo seas, tú sabes perfectamente lo que significas para mi.

–Si sigo así, lo único que tendré asegurado es mi lugar en el infierno.

–Nunca sucederá nada que no desees, las decisiones de tu vida solo las tomas tú–Rozo sus labios provocando que Adele cerrará los ojos, de pronto sintió una oleada de aire.
Diego se había alejado.

–Iré a cambiarme, regreso en un momento–Se fue dejándola pensativa.

Comenzó a preparar la cena, terminó y decidió meterla al horno ya que Diego demoraba bastante.

–¿Acabaste?–Dijo asombrado

–Tardaste mucho–Sonrió–Espero sea igual de rica que la que tú preparas.