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Kit:

—Invasor, responde.

Por esta razón es que existen los caminos, caminos que ahora han bloqueado los reyes.

El sujeto que me tiene me mueve el hombro y separo los labios para responder, pero antes de hacerlo, siento como el arma deja de rosar mi piel para luego ver como el hombre cae al suelo.

—¡¿Qué demon-

La marquesa a salido no se de donde y le ha cortado el cuello al tipo.

No tengo tiempo de analizar la situación y aprovecho la distracción de los hombres para golpea a otro de ellos con el bolso que cargo, la cabeza le suena por las latas de comida que cargo dentro y se tambalea cayendo hacia atrás.

—Sentenciaste tu vida.—Murmura otro y se viene sobre mi, mientras el primero sigue en el suelo con la mano sobre la cabeza.

El machete lo levanto a tiempo y su cuchilla choca contra este, mientras a mi lado la marquesa mantiene su distancia con el único tipo de pie.

—¿Y tú quien eres?

—¿Qué carajos trae ahi? ¿Piedras?—Se queja el tipo que se encuentra en el suelo.

Pierdo fuerza y mi espalda cae contra el suelo, el hombre se me viene encima y le grita al sujeto de al lado.—¡Ya levántate!

—Veamos que tienes, linda.—Escucho que le dicen a ella, pero no alcanzo ni pestañar, solo que del rabillo del ojo descubro que la marquesita sigue sorprendiendo, sobre todo en esas habilidades de pelea.

—¡Mierda!

El machete cae de mis manos y esquivo el ataque del cuchillo, me muevo de lado y retrocede su arma, volviéndolo a acercar, pongo las manos y detengo que vaya a mi rostro.

Joder...

Mi mano se llena de sangre y no creo...

Todo sucede muy rapido, porque el hombre encima de mi cae aplastándome y toso un par de veces viendo quien se encuentra detrás.

—¿Qué... pero hace un moment...

Mi mirada va hacia el hombre con el que luchaba la marquesa, esta sobre el suelo, noqueado.

Joder, sigo luchando con uno mientras ella ya ha derribado a dos.

—¿Estas bien?—Pregunta ella y yo empujo el cuerpo que se encuentra sobre mi.

La marquesa se agacha a recoger su haladie incrustada en la espalda del sujeto y detrás de ella veo que el tipo al que golpee se ha levantado y tiene la espada del otro en la mano.

Carajo.

—Detrás-

No logra quitar el haladie a tiempo, pero lo que hace es llevar la mano al moño en su cabeza, de donde saca un arma puntiaguda y lo lanza directo hacia el tipo.

La punta se incrusta en el cuello del hombre con una excelente puntería  y este se lleva la mano al cuello.

Los ojos se me abren mucho.—¡¿Pero... de donde sacas tantas armas?!

La marquesita resopla y se mueve hacia el.

—No bajes la guardia, dos estan noqueados, por los otros dos no puedo hablar.—Camina hacia el sujeto.—Necesito mi prensador.

¿A eso le llama prensador?

—No-

Ella se acerca al tipo y este tropieza cayendo al suelo.

Cartas de una Reina (#7 Amores en la realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora