Cartas de una Reina (#7 Amores en la realeza)

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Kit:

—Me voy a casar, Kit. —Repite y algo extraño siento en el estómago. —O ese es el plan... si el príncipe me escoge me casare con él.

Junto las cejas.

—¿Solo si te escoge? ¿Y si no... te iras solo porque él lo decidió?

Me cuesta creer que luego de un viaje largo el sería capaz de rechazarla.

Miro a la marquesa y la detallo, la detallo por completo y me detengo en su rostro, notando el rubor en sus mejillas.

¿Cómo podría rechazarla?

—Kit...

Parpadeo.

—¡La comida ya está lista!—Nos grita Mila y es la marquesa quien contesta que ya vamos.

Me mira una vez más antes de ingresar a la casa y yo sigo sus pasos.

(***)

—Espero que tengan un buen viaje. —Nos dice Mila y le entrega un bolso a la marquesa, ella lo abre y adentro ve cubiertos y bastantes recipientes con comida.

—Esto es demasiado...

—Tal vez, pero no se vayan sin las manos vacías. —Nos pide.

Tomo la bolsa de la mano de la marquesa y lo cuelgo en mi hombro.

—Gracias por todo, Mila. —Le digo y le ofrezco un apretón de manos, el cual acepta.

—No hay de que, cuídense.

—Despídenos de tu esposo.

—Lo hare.

El hombre se encuentra adentro con los niños y ella se encamina a la casa, donde antes de ingresar se despide con la mano por última vez.

(***)

—Llegaremos a Alejandría mañana por la noche si seguimos el ritmo. —Le hago saber mientras caminamos por las rocas. —Cuidado.

Le sostengo la mano ayudándola a bajar, pero ella se resbala y se sostiene de mí, su mirada queda cerca y mis ojos se ubican sobre sus labios.

"Me voy a casar, Kit"

La suelto y ella frunce el ceño.

—¿Qué te pasa?

—No me pasa nada, camina. —Le pido. —Ve adelante y cuidado donde pisas.

(***)

Llegamos a un lago y me guardo el mapa, ya no hay más camino rocoso por ahora y seguramente lo abra subiendo la montaña.

—Acamparemos aquí y si tengo suerte tal vez pesque algo.

—No estoy segura de comer pescado esta noche, preferiría solo el arroz.

—Pues es lo que hay. —Le he alzado la voz y cuando me vuelvo hacia ella tiene los ojos muy abiertos.

—¿Tienes algo que decirme?