Cartas de una Reina (#7 Amores en la realeza)

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Kit:

Terminan de revisarme los bolsillos y cada lugar de mis ropas donde haya podido convertirlo en un escondite, el hombre se vuelve hacia la marquesa y ella ya tiene el haladie en la mano.

—No, creo que no necesito revisión.

El hombre retrocede luego de pasar saliva.

—Bien, que tengan buen viaje.

Se marcha en el carruaje y la marquesa se vuelve hacia mi.

—¿Aun te queda dinero?

—Un poco.—Respondo, aunque tal vez se acabe antes de llegar a Solaría.—Bastara para comprar algunas cosas, pero eso será en Arcaría y... ¡¿Qué carajos?!

Tiene un par de rocas de obsidiana entre sus manos.

—No lo hiciste.

—Necesitamos sobrevivir ¿No? 

Joder.

—Y estamos en Obsidiana, aqui el pago es con esto. De todas formas las monedas no te servirán aqui o me equivoco...

Dios mío

(***)

Le entrego las rocas a la mujer y pago por los dos, ingreso al baño publico solo de hombres, mientras la marquesa al de mujeres, Murphy me hizo caminar hasta encontrar una casa de baño termal, el cual resulta tener pequeñas lagunas con vapor e ignoraba de sus existencias hasta ahora, pero despues de tanto viajar en el bosque esto acaba relajándome mucho.

Salgo del baño cuando acabo y encuentro a la duquesa en el pasillo, ya esta cambiada como yo, lleva una túnica de color celeste que le cubre todo el cuerpo. 

—¿Siguiente parada?

—Encontrar una posada, marquesa.—Contesto y cuando voy a salir de los baños, ella me detiene.

—Antes hagamos algo...

¿Otro capricho más? Paciencia y descansar es lo que necesito.

(***)

No es ningún capricho.

—No luce infectado.—Contesta la mujer con una cruz en su pecho y quien me esta atendiendo la herida.

Observo a la marquesa.

Me ha traído para que atiendan mi herida.

—Lo has limpiado bien, bien hecho.—Me felicita.

—En realidad...

La mujer se vuelve hacia la marquesa al notar mi mirada en ella.

—Buen trabajo.

La marquesita no agrega nada y la mujer sigue atendiendo mi herida, esta vez deja mi mano y se voltea hacia el monton de botellas que se encuentra sobre la mesa. 

—A ver... echare un poco de este medicamento, nos acaba de llegar un nuevo paquete.—Me muestra un recipiente pequeño con un liquido trasparente.—Dolerá un poco, pero servirá. Ha tenido bueno resultados desde que empezamos a usarlo.