Murphy:
La guardia se queda custodiando la entrada cuando llego al palacio y el jefe de guardia hace una reverencia dándome el paso, subo los escalones que me llevan hacia el salón principal de la reina y donde se encuentra el trono, lo primero que veo es el horizonte, el mismo que me da un imagen del oasis y mi atención también lo forman los enormes pilares que sostienen el techo tanto adentro como el techo de sombra afuera.
Todo es abierto aqui, a diferencia de la parte trasera, los muros ocultan la belleza del palacio de los bajos.
El trono esta vacio y arrastro los pies hasta el gran ventanal, donde observo el oasis y la arena más lejos, la ventisca me roza el rostro y...
—Marquesa.
Me vuelvo hacia una de las mujeres cubiertas con un vestido blanco de mangas larga, las mujeres que atienen a Linnet.
—Su majestad se encuentra en la mitad de un baño, si gusta acompañarme la guiare a ella.
—¿Linnet te dijo que dijeras eso?
—Asi es.—Mantiene la cabeza baja y las manos dentro de las mangas del vestido.—Por favor sígame, marquesa.
Su urgencia de verme pese a seguir en un baño.
Trago saliva y llevo la mano a la cicatriz que comienza a doler, aunque se que son solo mis recuerdos haciendo efecto.
Sigo el camino de la mujer sin discusión.
(***)
El aroma a perfumes rodea el ambiente y lo siento mayor cuanto más me acerco a los baños, caminamos por todo un pasillo y mire izquierda o derecha, en ambos costados hay habitaciones donde se encuentran miembros de la nobleza disfrutando en cada piscina, no hay techo en esta área, asi que la luz de la luna se filtra por ellos, iluminando el lugar.
Las miradas se posan al verme, algunos hacen reverencias, otros observan y mantengo mi camino detrás de la mujer, no paramos hasta llegar al baño de la reina y cuando llegamos a nuestro destino final, la mujer se para en la puerta y extiende las manos hacia la grande habitación.
—Despues de usted, marquesa.
Doblo la habitación e ingreso, el aroma es más intenso y en medio de la enorme piscina canopus repleta de flores flotantes se encuentra la reina, siendo tratada como lo que es.
Linnet lleva el cabello rubio sujeto en un moño y la mitad del cuerpo desnudo sumergido en las aguas de Solaría.
Me inclino ante ella.—Mi reina.
—Los rumores son ciertos... —Se mueve dentro de las aguas.—La marquesa aun respira.
Tiene una enorme sonrisa y da una señal para que las mujeres se retiren, aunque dos de ellas terminan quedándose, quien esta en la puerta y la que esta a unos metros de su majestad.
—Debo decir que no lo esperaba.
—Seguramente su majestad deseaba verme perecer lejos de mi reino.
—Los cadáveres no son de mi agrado, suficientes son los que empezaron a aparecer en el mar de Solaría, además...
Levanto la cabeza.
—Fuiste advertida como todo noble.—Contesta.—Antes de lanzarse el decreto hable de esto contigo, pero insististe en tu misión.
—No estoy reprochando nada, mi reina.
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Cartas de una Reina (#7 Amores en la realeza)
Historical FictionKit solo tiene un deseo: Conocer a la princesa y según sus propias palabras, próxima reina de Arcelia, la mujer de la que se enamoro a través de las cartas. Y digamos que el destino salta a su favor cuando se le encomiende una misión : Llevar a Murp...