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Kit:

—Aunque camináramos por la orilla necesitaremos permiso para ingresar. No pasaría si hubiéramos seguido la ruta original, ahora mismo estaríamos en el desierto...

—Estamos en el desierto.—Me recuerda y si, lo estamos, caminando hacia el pueblo... ir por la orilla no es una opción, conociendo como funciona este gobierno y si nos ven...

—La idea era ingresar por el pueblo...

—Eso hacemos ¿No?

—Nos queda más lejos... y no podemos.—Me detengo, ella también lo hace.—La reina no se detendrá al ver forasteros ingresando a su reino.

—Entonces es mejor que sigamos la ruta.—Contesta ella y arrastra la falda caminando por el arenal.




(***)


El reino de Solaría esta ubicado en un oasis y tiene un solo rio que va de este al mar, el reino esta dividido en dos: El área "pobre" apartada del área de los "nobles", apartadas por grandes paredes alrededor y dentro de esos muros se resguarda su reina: Linnet de Solaría.

Incluso a nosotros los carteros se nos prohíbe ingresar a esa zona y son los guardia quienes reciben las cartas frente a esas enormes paredes, la reina mantiene seguridad las 24 horas e incluso el puerto esta dividido.

En Solaría los nobles viven como ricos, mientras al otro lado de esos muros que ella coloco como "protección"... en ese lugar la gente se muere.

Ahora al entrar por el pueblo tenemos menos posibilidad de que nos tomen como extranjeros, despues de todo dudo que Linnet de Solaría y sus guardias recuerden los rostros de personas como nosotros.

—Descansemos unos minutos.—Pide ella.

Mientras lo hacemos abro el único bolso que llevo conmigo, no se como haremos en la noche, son al menos día y medio caminando hasta el oasis, no tenemos una carpa y...

—Kit...

Me llama y noto su mirada a mi lado, entonces siento un piquete en la pierna y veo como Murphy ha lanzado su haladie, el arma se ha incrustado en algo que aun se mueve.

¿Qué carajos?

Lo olvidaba, desiertos es símbolo de alacranes y serpientes.

Y lo que ahora me ha mordido es una serpiente.





Murphy:

—¡Kit, resiste, por favor!—Le suplico.—Tienes que resistir...

Tiro de su cuerpo arrastrándolo por la arena, el cansancio me vence, pero vuelvo a tirar de el... y sigo tirando, una y otra vez aunque empiece a sudar...

Pesa demasiado.

—¡No voy a dejar que mueras!

He matado la serpiente y la estoy llevando sobre mi cuello, necesitan una imagen clara de cual fue y... lo salvaran, se que si...

Incluso si debo...

—¡Kit!—Le grito y caigo hacia adelante, la serpiente queda lejos de mi y mi mirada se ubica en el cielo.

Veo un animal volar, tal vez esperando por mi muerte.

—¡Aun estamos vivos!—Le grito al ave que no reconozco, cierro los ojos buscando aclarar mi vista.

¿Voy a morir aqui?

Si yo muero que va a pasar....

¿Cómo podre....?

Si lo dejo podre... 

No...

No puedo hacer eso.

—Kit....—Lo llamo y trago saliva.—Hay algo que yo no....

El animal que vuela grazna y comienza a tomar forma.

—¿Un cuervo?

Antes de confirmarlo el animal desaparece de mi visión y frente a mi veo una figura encapuchada, también de color negro.

Intenta ayudarme.

—El primero.—Suplico refiriéndome a Kit.—Por favor... lo mordió una serpiente.—Intento señalar el lugar.

—A el también lo van a ayudar.—Responde una voz profunda y veo que lo hacen, cada uno de ellos lleva un cuervo cerca o en el hombro.

El que volaba arriba de mi baja y se ubica en el hombro del hombre que me ayuda, emitiendo otro ruido.

—Buen trabajo, Dick.—Felicita al animal.

—Son ustedes...—Pronuncio viendo a más de esos hombres bajando de unos camellos.

Los cuervos de Solaría, la mayor amenaza de la reina Linnet.




Nos leemos.

>>Yiemir.

Cartas de una Reina (#7 Amores en la realeza)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora