Capítulo 2

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Años después

-Oji-san -Danzo observó a un pequeño azabache de grandes ojos azules, aproximadamente contaba con seis años, lo vio altivamente, con extrema seriedad y algo de desprecio en su mirada -¿Estás listo para la academia Naruto? -el pequeño con la mirada seria, bastante intensa, asintió levemente -debes ser el mejor, todos esos idiotas no son nada a tu lado, no he desperdiciado mi tiempo en ti, ¿entiendes? -el ojiazul asintió -entiendo oji-san, no lo defraudaré -Danzo asintió retirándose del lugar, el pequeño salió de la mansión del consejero, corrió sobre los árboles con una increíble agilidad, al llegar al último árbol se detuvo por un momento, observó a los niños que entrarían con él a la academia, iban acompañados de sus padres o abuelos, la guerra había dejado muchas bajas, sus azules recorrían a cada familia, había abrazos y palabras de aliento llenas de amor, aún por las tardes escapaba de la mansión de su ojii-san para ver en el parque ese tipo de muestras de cariño, él no tenía nada de eso, sus padres murieron en la guerra según las palabras de su abuelo, desde entonces, él se ha encargado de criarlo y cuidarlo, no hay abrazos, no hay besos, no hay nada de eso en su vida, sólo había entrenamiento y más entrenamiento llevándolo al límite, estudios y más estudios que hacían explotar su cabeza de dolor, sus brazos dolían por las inyecciones de vitaminas que diario recibía, constantemente lo obligaban a ver videos que fomentaban su fidelidad a Konoha y sobre todo al halcón de guerra, al igual que el resto de su organización, no había mucha diferencia entre un anbu de raíz y él, la frialdad era la misma, lo que hacía distinción es que el pequeño azabache era severamente lastimado cuando no cumplía con las espectativas, además, vivía en la mansión del consejero como su nieto, iría a la academia como cualquier otro niño, pero a Naruto le quedaba claro que en un futuro lo usarían de alguna forma como hacía con el resto su abuelo. A diferencia de los anbus de raíz que no pensaban por sí mismos, el pequeño era bastante inteligente, tal vez no era un genio, pero razonaba y pensaba con velocidad.

Naruto sintió llegar una presencia de chakra, giró su mirada al árbol junto al suyo, había un niño azabache de cabello hasta los hombros, sus ojos eran de un onix intenso, ambas miradas serias e intensas se veían con curiosidad, era obvio para ambos, que sí estaban sobre el árbol, su capacidad shinobi era superior al resto de los compañeros en la academia, en silencio los dos bajaron y entraron a la academia antes que el resto al no tener a sus padres con ellos, llegaron al salón. Naruto observó el lugar con curiosidad, vio que el pequeño azabache se sentaba hasta la última banca junto a la ventana, él hizo exactamente lo mismo sentándose a su lado, concluyó que era silencioso como él lo era, el de ónix lo vio con curiosidad seguirlo, no dijo nada, eso había sido extraño, ambos observaron al resto de los chicos entrar al salón gritando, al parecer en su mayoría se conocían.

-Itachi-kun -una pequeña castaña sonrió al azabache quién la vio con seriedad -iremos en la misma clase, ¿no estás contento? -Naruto los ignoró completamente observando el viento mover los árboles con fuerza, era relajante esa sensación, colocó su rostro sobre su mano relajándose un poco, con el filo de su mirada observó a la niña sentarse frente al niño a su lado, el profesor entró -guarden silencio, Hokage-sama les dará la bienvenida -Naruto giró sus azules con seriedad viendo a un rubio alto entrar por la puerta, lo ubicaba del Monte Hokage, apretó el ceño con duda, su corazón latía con fuerza, ¿sería algo de nervios por conocer al kage de la aldea? era la máxima autoridad en la Hoja, era el sujeto que tanto odiaba su ojii-san.

Minato sonrió ligero viendo a la nueva generación de shinobis, estos pequeños habían sobrevivido a la guerra sin ser conscientes de ello pensaba el kage -bienvenidos nuevos candidatos a shinobis, espero puedan desarrollarse y cumplir sus sueños -mientras el kage hablaba, Naruto lo veía con intensidad ¿qué era ese sentimiento? giró su rostro un poco tratando de entender. Itachi a su lado observó con curiosidad al kage, su padre no se expresaba bien del amable sujeto frente al grupo, pero al contrario de su padre, a él sus hazañas lo fascinaban, observó cómo los niños gritaban con emoción llamándolo héroe, sus ónix giraron hacia el chico a su lado, era bastante taciturno como él, su mirada estaba en blanco como la suya.

-¿Sucede algo? -Itachi abrió sus ojos un poco al sentirse expuesto por el chico, lo vio tan distraído que no pensó que se daría cuenta que lo veía -no, ¿cómo te llamas? -el ojiazul giró su mirada al de onix negros, ¿tendría problemas por hablar con alguien? su abuelo no se lo había prohibido, mordió su mejilla con duda -Naruto Shimura -el azabache lo vio con seriedad -¿Eres algo del antiguo concejal Shimura? -el ojiazul asintió levemente, ubicaba al chico gracias a que la niña extraña dijo su nombre, lo recordaba de las pláticas de su abuelo y su interés en él -su nieto, supongo eres Itachi Uchiha, el hijo del líder del clan Uchiha -el de ónix asintió con tranquilidad, era bastante conocido en Konoha, ambos escucharon al maestro despedir al kage. Naruto vio al rubio kage con intensidad antes de que saliera, su corazón comenzó a calmarse ¿qué había sido ese sentimiento?, era mejor no decir nada o su abuelo haría una escena por hablar de sentimientos.

Siempre Juntos (Itanaru)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora