-Kushina, volveré a tiempo para la fecha de parto, Kumo está dominando el frente, no puedo tardar más, Konoha espera -la pelirroja sonrió ligero, apretó sus puños tratando de disimular su miedo y no angustiar a su pareja -ten cuidado Mina, regresa a mí -Minato sonrió con amor, la abrazó con fuerza -te amo tanto Kushi -la Uzumaki absorbió su aroma calmándose en sus brazos -también te amo demasiado Mina, cuando regreses, te estaremos esperando -el rubio sonrió con amor, se agachó un poco, besó la enorme barriga de su esposa -los amo -tenían dieciocho años, tendría a su primer hijo, al cual esperaban con emoción a pesar de la edad de ambos. La pelirroja observó a su marido salir y desaparecer en un rayo hacia sus compañeros de guerra a dos días de la aldea. Kushina vio hacia la ventana con angustia, tenía un mal presentimiento, su corazón latía con fuerza y angustia, abrió sus ojos con terror, bajó su mirada hacia sus piernas, agua caía de ellas, giró su mirada con velocidad, tomó una capa para cubrirse de la lluvia y su bolsa con lo indispensable, comenzó a correr hacia el hospital. Hiruzen aún no volvía de la última emboscada, no habían preparado una barrera para kyubi, su tía seguía en ese dichoso viaje de dolor por la muerte de sus seres queridos, ¿quién podía ayudarla? pensó con velocidad, asintió, al llegar al hospital la vieron con sorpresa respirar agitada con un evidente dolor, sus facciones no mentían -aaaaaahhh-
Las enfermeras llegaron con una silla de ruedas, la sentaron con velocidad -hablen a Biwako y al equipo de sellado ttebaneeeeee -un doctor llegó con velocidad a su lado, afiló su mirada al reconocer a la Uzumaki, con astucia susurro algo a uno de los enfermeros, giró con una sonrisa amable -no se preocupe Kushina-san, ya fueron por ellos -la pelirroja asintió respirando con dificultad -aaaaaahhh -la llevaron con velocidad a uno de los quirófanos, no tuvo cabeza para darse cuenta que el quirófano era el más alejado de todos -dueleeeeee -el médico recibió una caja especial del enfermero que había regresado y que de inmediato volvió a salir, una enfermera nueva llegó reemplazando a la anterior -Kushina-san, en lo que llega Biwako-sama la ayudaré con un calmante, respire hondo-
Kushina levantó el rostro con dolor para explicar que no funcionaría, sintió un pinchazo que la hizo confundirse, algo totalmente ilógico al ser la jinchuriki de kyubi, se sentía débil, cada vez más perdida, vio a tres personas entrar al quirófano, a las cuáles no podía identificar, sus chakras no podía sentirlos, todo le daba vueltas, todo era borroso, quería vomitar, quería gritar o moverse, pero nada surtía efecto, no sentía el poderoso chakra del kyubi salir de ella, abrió sus ojos ligeramente escuchando un fuerte llanto, levantó uno de sus dedos con dificultad -mi hi… jo -todo se volvió negro, había perdido el sentido.
Una voz detrás del equipo médico se escuchó -busquen a la embarazada que secuestraron y sustituyan a este mocoso, que no quede registro, muévanse -asintieron, el líder tomó al mocoso con uno de sus brazos, sonrió con maldad y burla, se dio la vuelta saliendo del quirófano, cada paso era sometido por el golpeteo de su bastón, el sujeto dio vuelta hacia un pasillo secreto detrás de una pared al fondo de los quirófanos, tenía una ruta secreta en cada edificio de importancia en Konoha, la puerta se cerró tras sus guardias. El camino se hizo oscuro con una pequeña luz de lámparas antiguas, la sonrisa del shinobi retirado desaparecía mientras avanzaba, todo había resultado como él deseaba, provocar que Kumo atacara esa zona alejada de la aldea para sacar a Minato Namikaze del camino había sido fácil, que Hiruzen estuviera fuera, había cuadrado perfectamente, sabía que no tenía más opciones Kushina sin Tsunade en la aldea, mas que ir al hospital y solicitar a Biwako, quien en este momento atendía una zona médica de guerra a kilómetros del lugar, esa mañana había salido la señora, el sujeto nuevamente sonrió con burla.
….
Sus párpados pesaban, abrió lentamente sus ojos con pesadez, giró su mirada tratando de entender ¿qué había pasado?, parpadeó nuevamente observando las blancas paredes de la habitación, giró nuevamente observando cómo una enfermera tomaba sus signos vitales, esta agregó un poco de suero por la intravenosa, se sentía demasiado débil, ¿qué sucedía? Kushina recordó de golpe, giró su mirada dándose cuenta que no había estómago de embarazo -¿mi bebé?, ¿dónde está mi bebé?, ¿dónde está Biwako-sama? -la enfermera negó -Biwako-sama no está desde hace días Kushina-san, un doctor de guardia la operó, llegó muy alterada ese día, comenzó a gritar -Kushina negó sin entender, la puerta se abrió mostrando a un médico que no conocía -¿Kushina-san? -la pelirroja levantó su rostro con angustia -¿Dónde está mi bebé?, quiero verlo -el médico acomodó sus lentes con calma -nació bastante débil Kushina-san, se encuentra en los cuneros tratando de sobrevivir.
Kushina abrió sus ojos con terror, trató de levantarse -no haga eso, puede lastimarse -la señora negó desesperada -¡no! quiero ver a mi bebé ttebane, quiero verlo, ayúdeme a levantarme -la enfermera vio al médico, este asintió, trajeron una silla de ruedas y la sentaron. La Uzumaki aún no entendía porqué se sentía tan débil, tan desorientada, tal vez era por la operación. La enfermera y el doctor la ayudaron a sentarse en la silla, la llevaron a la zona de cuneros, un bebé rubio dormía en el lugar, pero su respiración era agitada, se veía bastante pálido, estaba conectado a muchos aparatos. Kushina vio con angustia al pequeño, se veía demasiado pequeño, los aparatos comenzaron a marcar falla al corazón, el doctor entró con velocidad a tratar de reanimar al pequeño, la Uzumaki los veía en shock, cuando reaccionó, comenzó a gritar y querer entrar -¡mi bebé! ¡mi bebé! -lloraba desconsolada, como pudo se levantó recargando sus manos en el vidrio del cunero golpeando débilmente para llamar la atención del pequeño, para que la escuchara, para darle fuerza, para que viera que estaba esperando por él. Todo terminó -¡mi bebé! -gritó con terror al ver que perdió la vida el bebé dentro del cunero -¡no! ¡mi bebé! -perdió fuerza con ese último y desgarrador grito del que medio hospital fue testigo, se desmayó sin más.
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Siempre Juntos (Itanaru)
RomansaUna voz detrás del equipo médico se escuchó... -busquen a la embarazada que secuestraron y sustituyan a este mocoso, que no quede registro, muévanse... -asintieron, el líder tomó al mocoso con uno de sus brazos, sonrió con maldad y burla... *Esta hi...