Emma Clifford es la mejor amiga de Lando, y así ha sido por demasiado tiempo, prácticamente eran hermanos y ella siempre lo acompañaba a las carreras, hasta que inicio sus estudios en la universidad y dejo de ir por completo, unos años después vuelv...
La carrera había sido un desastre para los dos Mclaren, en cuanto salieron de sus monoplazas sabían que las entrevistas iban a ser horribles, en los pocos minutos que habían podido hablar Emma le dijo a Oscar que no se echara la culpa ya que había sido una falla del monoplaza, pero aún así el rookie se encontraba algo decaído de que su primer carrera en Fórmula 1 terminará de esa manera.
Ahora Oscar estaba con sus amigos de Fórmula 2 tomando para celebrar el inicio de temporada, pero Oscar dejo de prestar atención cuando vió a Emma entrar con Lando, ya se le estaba haciendo costumbre eso, pero Emma iba hermosa, llevaba un vestido negro ceñido al cuerpo que resaltaba su figura y estaba con su típica sonrisa que parecía iluminar la habitación.
Emma llegó junto con Lando y en cuanto entró se dió cuenta de que el ruido inundaba el lugar, le gustaba salir con amigos, tomar, bailar y todo eso, pero odiaba el ruido. Vió a su alrededor buscando con quién podía hablar hasta que se encontró con Oscar, le sonrió a modo de saludo y estuvo a punto de acercarse hasta que se dió cuenta que estaba con sus amigos, solo le quedaba seguir a Lando con los otros pilotos.
–¿Qué tenemos aquí?¡Cenicienta y la madrastra malvada!– dijo Pierre a forma de saludo cuando los vio llegar.
–Muy gracioso Gasly, ya se te cayó el tinte y sigue afectando tus neuronas.– dijo Lando haciendo referencia a cuando el francés se tiñó de rubio.
–Bueno ya, tampoco vamos a empezar de hostiles.– dijo Emma sonriendo mientras iba a sentarse junto a Lily, la novia de Alex.
–No se cómo lo soportas.– dijo Alex bromeando.
Se quedó con ellos hablando y tomando por un rato hasta que se aburrió y decidió ir a la pista, afortunadamente nadie le prestaba atención y podía bailar libremente.
–¿Ya no saludas?– preguntó una voz que Emma conocía bien mientras ponía sus manos en su cintura.
–No te quería interrumpir.– dijo la chica mientras seguía bailando.
–Jamas me interrumpes.– dijo Oscar pegando la espalda de Emma a su pecho, ese era el alcohol haciendo efecto, normalmente no se atrevería ni a poner sus manos en su cintura sin preguntar.
–Lo tomaré en cuenta para la próxima.– dijo la castaña dándose la vuelta para verlo de frente, había pasado sus brazos por encima de sus hombros dejándolos ahí.
–¿Y Lando?– preguntó el australiano escaneando la cara de Emma con atención, las luces en su cara la hacían ver aún más hermosa, sus labios estaban pintados con una capa ligera de rojo, casi imperceptible.
–Ocupado, haciendo competencia de shots.– respondió la chica.
–Perfecto.– dijo Oscar antes de poner su mano en el cuello de Emma y acercándose para besarla.
Emma enseguida le siguió el beso perdiéndose en la música y el ruido, puso su mano en la nuca de Oscar jugando con su cabello mientras profundizaban el beso, una corriente invadió los sentidos de ambos, querían más.
–¿Y si vamos al hotel?– preguntó la castaña dejando pequeños besos en el cuello de Oscar sacándole un suspiro.
–¿Segura?– preguntó el castaño intentando ser la voz de la razón.
–Oscar si no lo estuviera no te lo diría.– dijo Emma separándose un poco para verlo y sonreírle mientras lo decía.
–A la mierda, vámonos, tienes tus cosas?– preguntó Oscar agarrándola de la muñeca y guiandola entre las personas.
–Si, solo traje mi teléfono y mi labial.– dijo la castaña riéndo.
El hotel no estaba lejos así que decidieron irse caminando, se iban riéndo de sus ocurrencias mientras caminaban, al salir se habían dado cuenta que el otro no estaba tan tomado como pensaban lo cual de cierta manera alivio a ambos. En cuanto entraron al elevador del hotel, Oscar acorraló a Emma entre la pared y su cuerpo y la beso, Emma le siguió el juego hasta que escuchó como llegaban al piso, salieron del elevador besandose y riendo en medio del beso hasta que llegaron a la habitación del australiano.
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