Emma llevaba un mes en sus nuevos trabajos, no tenía descanso, los lunes, miércoles y viernes trabajaba en una cafetería de ocho a once, los martes, jueves y sábados se ponía a limpiar casas y los domingos le tocaba ir a cuidar a su padre, el único momento donde teóricamente tenía tiempo era en las noches y era cuando se ponía a estudiar, por lo que tampoco dormía ni comía mucho, pero la hacía sentir mejor pensar que tenía una causa, intentaba escribirle a Lando de vez en cuando para hacerle saber que seguía viva al inicio, pero luego se le empezó a olvidar poner a cargar su teléfono y prefería pasar aunque fueran cinco minutos descansando. También había decidido ir a vivir a su viejo apartamento, claro que era demasiado pequeño y prácticamente estaba repleto de polvo y solo había una cama y cocina, pero si se quedaba en casa de sus padres iba a terminar colgándose.
–Te ves fatal.– dijo una de sus compañeras de trabajo.
–No he dormido nada.– dijo Emma, se sentía mareada pero no podía parar.
–Y al parecer tampoco comido, deberías desayunar algo.– dijo otro de sus compañeros.
–Luego, ahorita tengo que limpiar esto o me van a regañar.– dijo la chica.
Siguió con su día como de costumbre y llegó a su casa a las doce ya que le había tocado cerrar a ella, llegó prácticamente arrastrando los pies, pero había alguien en la entrada, puso sus llaves entre sus puños por cualquier cosa y se acercó, seguía con su uniforme del trabajo y su cabello estaba en una coleta desordenada.
–¿Lando?– preguntó confundida.
–Emma, dios mío, por qué no contestas? Me espanté, pensé que te había pasado algo malo y no sabía que...estás bien?– preguntó el británico acercándose a su amiga preocupado, se veía pálida, estaba demasiado flaca y tenía unas ojeras muy marcadas, se veía muy desarresglada y eso lo hizo preocuparse también, Emma amaba maquillarse y ponerse bonita, como el lo llamaba.
–Si, solo algo cansada.– dijo la chica agarrándose de la pared, se sentía demasiado mareada.
–No te ves bien, déjame ayudarte.– dijo Lando agarrando a su amiga que empezaba a desvanecerse.
–Estoy muy cansada, Lan.– dijo agarrándose del brazo de su mejor amigo para no caerse.
–Dame tus llaves.– ordenó el británico, la chica se las dió en seguida y el entro agarrándola, buscó a su alrededor un sillón para sentarla pero no había nada, la dejo recargada en una pared para ir a la cocina y buscar algo de comida, no había casi nada, solo había un poco de fruta y agua, agarró todo y lo llevó con Emma, qué había estado comiendo?
–Come esto.– dijo Lando dándole la fruta.
–Estoy tan cansada, Lando, no he podido parar y cada vez que lo hago mi madre dice que no hago suficiente, estoy cansada de...intentar, para que al final arruine las cosas como siempre lo hago– dijo Emma empezando a cerrar sus ojos.
–No, no, Emma, Emma. Tienes que comer ya después duermes, si? Primero come.– dijo el chico agitando a su amiga un poco para que no se durmiera, logro que ella le diera unas cuantas mordidas a la manzana y tomara el agua antes de que se quedará completamente dormida en su pecho.
Lando soltó un suspiro ya que la vió dormida, se veía demasiado mal y al juzgar por su aspecto no había estado comiendo ni durmiendo, el recordaba su apartamento pero recordaba que tenía más cosas, movió un poco a Emma y la cargó para llevarla a la cama y que durmiera bien, luego se encargó de pedir comida para que comiera bien en cuanto despertará.
Otro prq ando de buenas
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Now that we don't talk || Oscar Piastri
Hayran KurguEmma Clifford es la mejor amiga de Lando, y así ha sido por demasiado tiempo, prácticamente eran hermanos y ella siempre lo acompañaba a las carreras, hasta que inicio sus estudios en la universidad y dejo de ir por completo, unos años después vuelv...