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El corazón de Mitsuya se llenó de temor y furia cuando uno de sus subordinados le informó que su esposa TN y su hija Rei habían sido atacadas por una pandilla rival. Sus manos temblaban de ira mientras apretaba con fuerza el puñado de papeles que tenía en la mano.
Mitsuya. ¿Dónde están? ¿Cómo están ahora? -preguntó Mitsuya, su voz temblorosa pero llena de determinación-
X. Están en el hospital, Mitsuya-san. Los médicos están haciendo todo lo posible, pero las cosas no se ven bien"
Respondió el subordinado, su rostro reflejando la preocupación y la impotencia.
Sin decir una palabra más, Mitsuya se dio la vuelta y salió corriendo del lugar, su mente llenándose de pensamientos oscuros. Mientras se dirigía al hospital a toda velocidad, juró venganza contra aquellos que se atrevieron a herir a su familia.
Al llegar al hospital, Mitsuya encontró a TN y a Rei, su pequeña hija, en camillas separadas. TN tenía el rostro magullado y vendajes en todo el cuerpo, mientras que Rei, aunque herida, parecía estar en estado de shock por la experiencia traumática.
Mitsuya se acercó a TN, su voz temblorosa de emoción contenida.
Mitsuya. Estoy aquí, cariño. Voy a cuidar de ustedes. Y juro por todo lo que es sagrado que haré pagar a quienes hicieron esto.
