¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
En una fría noche de Halloween, Baji, con manos hábiles y paciencia, tallaba una calabaza con forma de gato para el disfraz de su pequeño Mako. La calabaza tenía una sonrisa traviesa y ojos brillantes, perfectos para agregar un toque especial al disfraz. Mientras Baji trabajaba, Mako lo miraba con ojos llenos de admiración y emoción.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Finalmente, la calabaza gato estuvo lista. Mako se la colocó en la cabeza con entusiasmo y salieron juntos a pedir dulces por el vecindario. La noche estuvo llena de risas y alegría mientras Mako, con su calabaza gato en la cabeza, saludaba a los vecinos y recibía montones de caramelos.
Pero cuando llegó la hora de dormir y Mako intentó quitarse la calabaza, se dio cuenta de que estaba atorada. Baji, preocupado, intentó ayudar a Mako a quitarse el disfraz, pero la calabaza estaba demasiado apretada.
Baji. Mako, cariño, vamos a intentar con cuidado, ¿de acuerdo? - dijo Baji, tratando de mantener la calma mientras Mako comenzaba a llorar por la incomodidad.-
Mako. Apúrate!!! Tengo sueño!!!
Con manos temblorosas, Baji intentó con suavidad deslizar la calabaza, pero no se movía. Mako, asustado y frustrado, sollozaba, sintiéndose atrapado y sin poder quitarse el disfraz que antes tanto le gustaba.
Finalmente, Baji decidió ir al baño y lubricar ligeramente la parte interior de la calabaza con agua. Con cuidado, intentó nuevamente deslizarla fuera de la cabeza de Mako. Después de unos momentos tensos, la calabaza finalmente cedió y se deslizó fuera de la cabeza de Mako.
Mako. Ya no te quiero bay!!-dijo aventando la calabaza-
El alivio en el rostro de Mako fue palpable, pero todavía temblaba un poco por la experiencia. Baji lo abrazó con fuerza, consolándolo.
Baji. Está bien, Mako, estás a salvo ahora. Vamos a asegurarnos de que te sientas cómodo y seguro
Después de unos minutos, Mako se calmó y se acomodó en la cama con su peluche favorito. Baji se sentó a su lado, acariciando suavemente su cabello, recordándole cuánto lo amaba y lo valioso que era para él.
Fue una noche de Halloween que recordarían por mucho tiempo.
