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Lunes 16 de Mayo del 2022

En estos últimos días hubo un tiempo bastante tormentoso sin embargo este día fue a otro nivel, podía verse desde la ventana la terrible lluvia y era tanta la intensidad de la lluvia que el patio de afuera comenzó a inundarse.

—¡¿Se está inundando?!

El profesorado al percatarse de la situación trató de solucionarlo lo más rápido que pudo, les dijo a toda la clase que subieran a la espaciosa aula superior, una vez allí estarían a salvo y permanecerían junto con otra clase.

—En serio.. ¿Debería asustarme?
—Yo estoy intentando no preocuparme
—¡No te preocupes Ren! ¡todo estará bien estoy completamente seguro de ello!
—Pero..
—Calla

Teruko le tapó la boca con sus manos e intentando tranquilizarle exclamó

—Todo estará bien
—...

Ren apartó sus manos y respondió

—Vale, te creo

Estaban tratando de animarse para evitar preocupaciones sin embargo transcurrieron unas horas y la tormenta continuaba con aún más intensidad y sin cesar.

—¿Crees que dejará de llover?
—Espero que si

Por el momento se mantuvieron todos en aquella aula, ya que justo tocaba la clase de arte todos continuaron dibujando como si nada ocurriese.

—¿Tú ya terminaste de pintar Ren?
—Si ¿quieres ver?

Le mostró la ilustración y él quedó fascinado.

—¡Woah! Dibujas tan bien
—¿Te gusta?— Sonrió.
—Si. Ojalá yo dibujase así
—Si te esfuerzas estoy seguro de que podrías mejorar
—Hm.. Supongo.

Al echar la vista hacía la ventana se percató de lo oscuro que se estaba tornando el cielo.

—Oye— Dijo Teruko.
—¿Si?
—¿Crees que caigan relámpagos?
—No lo sé

La expresión en su rostro pasó a ser de inseguridad.

—Espero que no..
—...

Ren lo observó.

—Ah, es verdad, le tienes fobia a los relámpagos ¿no? siempre lo olvido.
—Si, es así.

Ellos estaban dibujando fruta en un estilo realista así que el peliazul le pidió ayuda al castaño para poder hacerlo.

—Primero debes hacer un boceto
—¿Cómo hago un boceto?
—Es sencillo en realidad, presta atención.

Luego de un tiempo con su ayuda logró terminar la ilustración.

—¡Quedó mucho mejor de lo que esperaba! Gracias Ren
—Denada
—Aunque no puede compararse con el tuyo

Orgulloso y sonrojado respondió.

—No es para tanto..— Sonrió.

Acto seguido cada uno fue enseñando su respectivo arte al profesor. Una vez que ambos lo entregaron siguieron permaneciendo en sus asientos.

—Ojalá Seiji estuviese  en artes, tiene que ser gracioso verlo intentando dibujar— Expresó Ren.
—Si. Creo que se enfadaría con el cuadro
—Si verdad, yo también lo pensé

Rió alegre.

—¿Y Mitsuru crees que dibuje bien?— Preguntó Teruko.
—Hm.. ¿Quizás? Tiene paciencia para ello eso sí pero creo que no es lo suyo
—Supongo que él prefiere tocar el piano

Al instante el pelicastaño recordó algo

—¡No me hagas recordar su piano! ¡Un día que estábamos en su casa sonó solo!
—¡¿Solo?!
—Bueno fue porque se cayó un libro ¿pero por qué se caería un libro de la nada? ¡¿y si era un fantasma?!

Teruko lo contempló.

—Espera ¿cuándo estuviste en su casa?
—Ah, pues..
—¿Estuvisteis haciendo cosas extrañas~?
—¡Oye! ¡¡Claro que no!!

Tras reírse de él se quedó viendo por la ventana.

—El tiempo cada vez está peor, que mal..
—(Esto me trae recuerdos)— Pensó el peliazul al ver el oscuro cielo.

De pronto un relámpago impactó muy cerca de la escuela.

Teruko al presenciar aquello todas las alarmas se activaron en su mente, incapaz de controlar sus emociones no pudo evitar gritar involuntariamente.

Veloz se levantó de su asiento y retrocedió mientras se tapaba los oídos.

El ruido de los truenos resonaba en sus oídos mientras miraba con temor a un punto fijo.

—Teruko

Desde aquello él pánico le invadió. Él empezó a sentirse muy asustado, sus latidos se aceleraron haciendo que su corazón latiera demasiado deprisa. Estaba tan aterrorizado que le tenía sensación de que le faltaba el aire.

—¿E-estás bien?

El sonido repentino fue lo que rompió el silencio en el aula, haciendo que los demás dirigieran su atención hacía él, se notaba que sus compañeros se sentían aturdidos e incómodos.

Podían escucharse algunas conversaciones que estos tenían entre sí.

—¿Qué le pasa?

Entre todo esta situación el profesor preocupado se acercó para saber que pasaba y Ren intentó explicárselo como pudo.

—E-él tiene f-fobia a l-los relámpagos..— Exclamó tartamudeando y ansioso.
—Entiendo

Algunos como el profesor mostraron preocupación pero otros solo hicieron comentarios despectivos y señalaron su reacción.

—¿Por qué reacciona así? que exagerado
—Quizás deberíamos ignorarlo, así se dará cuenta de lo infantil que está siendo..
—Es verdad, está actuando como un niño

Ren se acercó con delicadeza a él y le consoló

—Sé que esto te asusta pero yo estoy aquí contigo ¿si? respira lentamente y trata de relajarte
—No quiero estar aquí

Tras esto el maestro le preguntó si quería salir al pasillo a lo cual respondió que si. Por supuesto Ren le acompañó.

—Cálmate y respira hondo

Lo rodeó con sus brazos en un cálido abrazo para consolarlo, su cuerpo temblaba y proseguía respirando agitado desolado sin embargo poco a poco su respiración se fue ralentizando; así se relajó hasta que la tormenta se detuvo.

—Ya está todo bien, creo que la tormenta terminó.
—¿Estás seguro?
—Pienso que si.

Cuando regresaron a clase al fin había terminado todo, ya podía cada uno volver a sus casas así que fue lo que hicieron. Una vez en la salida de la Universidad, antes de que Seiji y Mitsuru llegasen Teruko habló con el pelicastaño.

—No le digas a ellos lo que pasó
—¿Por qué?
—No necesitan saberlo
—¿Pero ya estás mejor?

Preocupado le echó un vistazo.

—Si estoy bien..

Justo al verlos abrazó al rubio.

—¡Seiji!
—¡O-oye quita!— Contestó molesto y avergonzado.
—¡Os estábamos esperando para regresar juntos!

Mitsuru apareció y expresó

—Yo me voy en coche.
—¿De nuevo?
—Adiós.
—¡Hasta mañana Mitsuru!

Emocionado se despidió de él.

—¿Y qué haréis este fin de semana?
—Nada, al igual que siempre— Respondió Seiji.
—¡Entonces cambia de planes, iré a verte!

Los tres fueron caminando a sus hogares entre que conversaban, todos menos Ren quién había estado en silencio por un rato.

—¡¿Cómo que irás a verme?! ¡¿a mi casa?!
—¡¡Si!!
—¡No, no, no! ¡horrible idea! ni se te ocurra
—¿Eeh? ¿por qué no?

Él de pronto se unió a la conversación.

—En mi casa si podríamos estar

Y así siguieron charlando hasta llegar a casa

Otokonoko MaidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora