Temporada 2 | 04

2 1 0
                                    

20 de Abril del 2023

Uno de los días de Universidad, los cuatro se encontraron y cómo siempre se saludaron. Tuvieron que ir a sus respectivas clases y en el descanso se reunieron en la cafetería de la escuela.

—Ren ¿Mañana puedes quedar?— Le preguntó Seiji.
—Mañana es viernes pero no lo sé, tengo que preguntarle a mi madre
—¿Y si no puedes al final qué?

Teruko se unió a la conversación.

—Yo mañana tengo que estudiar
—Yo tampoco puedo quedar— Agregó Mitsuru.

Seiji suspiró.

—¡Agh! No quiero estar en casa mañana...
—Podemos quedar el fin de semana que viene— Trató de aliviarlo Teruko.
—Vaya mierda, quiero estar en otro lugar que en casa..

Ren nervioso contestó

—P-puedo intentar convencer a mi madre pero es que no sé si me dejará
—Bueno, sólo dime que te responde
—¡Ah, si! No tengo tu número

Ren sacó su teléfono.

—Ah.. Uhm.. ¿Número?
—¿No sabes qué es?
—¡Mitsuru! ¡¿no se lo explicaste?!— Gritó Teruko.
—Pensé que era muy obvio.

Después de unas horas los cuatro salieron de la universidad, se despidieron y cada uno fue a su hogar.

Seiji fue caminando hasta llegar a su casa.

—¡Ya llegué!— Avisó.

Tanto el exterior como el interior de la casa eran bastante antiguas, al igual que las paredes y los muebles desgastados.

En el salón, había un sofá y una televisión algo vieja. El salón estaba junto con la cocina reducida, tenía cuatro sillas y una mesa grande, todo de madera. Al lado izquierdo del salón se encontraba un baño con un inodoro, una ducha y un espejo.

Después, se hallaban unas escaleras que llevaban a un cuarto pequeño con una litera, una mesita de noche y un armario. También había otra habitación; la de sus padres; que tenía una cama grande y mesita de noche.

—Bienvenido— Le saludó su madre.

Cuando entró Kenshin ya estaba allí, al parecer llegó más pronto de lo usual. Su madre Masako se encontraba allí, acababa de llegar del trabajo al igual que su padre Jun.

Lo primero que hizo Seiji como todos los días fue lavar los platos, vasos y cubiertos.

—(Tiene que quedar perfecto)

Acto seguido se sentó en la mesa del comedor a almorzar con su familia.

*

Una vez que terminó de comer estuvo durante varias horas limpiando la casa ya que Seiji es quien se encarga de mantener el hogar limpio y ordenado.

Colocó la ropa en la lavadora mientras que fue a limpiar la sala de estar. Se dedicó a limpiar el baño y las habitaciones. Luego, sacó la ropa de la lavadora y la tendió para que se seque.
Planchó la ropa y limpió la cocina.

Después de eso, se dirigió a la tienda de comestibles para hacer la compra semanal.

—¡Seiji!

Se volteó a ver, Teruko también se encontraba en aquella tienda.

—Teruko, también estás aquí
—¡Si! ¡¿Qué tal estás?!
—Bueno, está siendo un día tranquilo extrañamente— Exclamó el rubio.
—¿Extrañamente?
—Si— Contestó.

Seiji terminó de pagar lo comprado.

—Bueno ya me voy
—¡Oye, espera!

Teruko le tomó del brazo pero de inmediato él la alejó.

—Ven conmigo por un momento

Le siguió, el peliazul lo llevó hasta un pequeño callejón sin nadie.

—¿Por qué me llevas aquí?
—¿Qué? ¿Piensas que te voy a follar?
—Idiota
—Tú lo malpensaste. Si quieres podemos hacer algo aquí~

Teruko trató de levantarle la camisa pero espantado Seiji rápido le golpeó en la mano.

—¡No levantes mi camisa!
—¿Por qué?
—No quiero..
—¿Seguro? ¿y otra cosa no querrás?

Lo alejó tomándole de los hombros.

—Claro que no, pervertido
—Bueno, al menos lo intenté— Sonrió pícaro.

El rubio se cruzó de brazos.

—Entonces ¿qué querías?
—Solo quiero que te despidas bien, y sé que en público no eres capaz

Le besó en la boca.

—¡Mh! ¡O-oye!
—Sabes mejor de lo normal~
—¡N-no digas eso!

Lo tomó del rostro y volvió a besarlo.

—Mh..

Sacó su lengua con sutileza

—¡Ngh!

Empezó a besarlo con lengua introduciéndola en la boca y frotando contra la suya, ambas de sus respiraciones podían escucharse en el lugar y casi que era posible oír también los latidos de sus corazones.

—Mgh.. Ngh.. Mmh..
—Sgh.. Hmm... Ngh

Entonces ambos se detuvieron separando sus bocas y alejándose con lentitud.

—Ya está bien
—Solo un poco más
—No

Le tapó la boca.

—¿Por qué no puedes estar quieto por un segundo?— Rechistó Seiji.
—No pensaba tardar tanto pero soy adicto a tu sabor
—¡AH, DIOS! ¡CÁLLATE!

Dejó de taparle la boca.

—¡Nos vemos mañana en la Uni!
—Eres un imbécil— Se quejó sonrojado.

Teruko se despidió mientras se iba.

—¡Te quiero mucho!

Tras este encuentro Seiji regresó a casa de nuevo.

—Haah..

Respiró agotado.

—(Últimamente me canso más rápido..)

En aquel instante percibió a Kenshin quién estaba en el salón.

—Kenshin
—¿Qué quieres?— Respondió de mala gana.
—¿Ya estás mejor? necesito que me empieces a ayudar con las tareas de casa

Le echó una mirada de desprecio.

—¿Yo? ¿por qué? Tú fuiste quién decidió encargarse de mi parte de las tareas desde aquel día— Expresó Kenshin.
—Si, pero tú sabes que lo decidí porque estabas deprimido. Sólo creo que ya estás mejor

Kenshin se levantó

—No tienes idea de cómo estoy

Y se fue.

—¡Tchs! ¡Ya que! ¡Qué más da!

Exhausto subió a su habitación, se estiró en la cama y estuvo descansando cuando de pronto sonó su teléfono.

—¡!

Se asustó.

—(No estoy acostumbrado a esto de tener móvil..)

Lo encendió, entonces se percató de que era Ren; le avisó de que no iba a poder quedar con él mañana lo cual se lo imaginaba de antes.

—(Me lo esperaba)

Sin embargo de pronto otro mensaje sonó. En un grupo que acababan de crear para poder conversar los cuatro. Mitsuru le avisó que podrían quedar él y Ren, le explicó a Seiji el día en concreto que debía de aparecer en la casa del pelinegro.

—(¿A su casa? Hm.. Últimamente cada vez que voy a su casa ocurre algo ¿no?)

Se volteó.

—(Bueno igual, lo que sea es mejor que estar aquí. Aunque al menos hoy fue un día más calmado de lo habitual)

"Ok, yo estaré alli" Le respondió. "¿Compro condones?"

—Agh, imbécil

"Te voy a golpear en la cara más fuerte que la última vez" Escribió enojado.

Otokonoko MaidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora