Otokonoko Maido

Temporada 2 | 10

Al día siguiente.

El peliazul Teruko iba caminando por el lugar, la tormentosa lluvia estaba siendo demasiado agresiva este día, tanto así que a pesar de tener un paraguas algunas breves gotas caían sobre sus zapatos.

–(Ya caminé muy lejos)– Pensó.

Entonces cuando estaba a punto de irse de aquella zona, él oyó un ruido. Nada más girar la cabeza pudo observar a lo lejos a alguien conocido.

–(¿Seiji?)

Se empezó a sentir mal, sentía que la atmósfera estaba pesada, algo no estaba del todo bien.

Para comprobarlo él se acercó al rubio. Este estaba empapado por completo, sentado en el suelo con algunos restos de un paraguas dañado al lado de él.

–Seiji ¿Qué haces aquí?

Teruko se pudo percatar de una dolorosa herida que tenía en la cabeza lo cual le asustó.

–¡¿E-estás bien?! ¡Estás herido!

Veloz se agachó y vio su herida.

–...

Al verle directo a los ojos, notó la inmensa tristeza en su mirada desolada.

Unos breves segundos que fueron engullidos por el absoluto silencio, la fuerte lluvia se volvió más calmada y el viento movía los mechones de su rubio cabello mientras que la herida sangraba.

Teruko estaba demasiado preocupado y asustado por la situación, sin embargo él no lucía nervioso, se mantuvo quieto sentado y con la mirada baja desde mucho antes de que Teruko llegase.

–¿Qué ha ocurrido?
–Me echaron de casa

*¹
Mi vida fue complicada desde el principio.

El 18 de Abril del 2004 fue la fecha de mi nacimiento, a pesar de que no tengo recuerdos propios sobre esto mi familia me relató que era lo que ocurrió por aquel entonces, puesto que yo y mi hermano Kenshin aparecimos por accidente nuestra madre Masako quiso criarnos e incluso obligó a nuestro padre Jun a hacerse cargo de las consecuencias quedándose.

—¡¿Estás loco?! ¡¿piensas irte así como si nada Jun Nakagawa?!
—¡Cállate! ¡me iré si me da la gana y no pienses replicarme!
—Todo esto es por tu culpa sabes— Gritó Masako.
—¡No pienso volver!— Cerró la puerta con fuerza y se marchó.

Escuché que ellos dos discutieron y días después regresaron, se reeconciliaron y finalmente permanecieron juntos.

Mi familia trataba de prosperar económicamente sin logro alguno por lo cual estaba acostumbrado a pasar hambre y a no tener lo que queríamos.
Por mi parte de pequeño no tenía idea del sufrimiento que estaba viviendo mi familia, sobretodo mis padres, ellos pretendían que los demás nos vieran como una ordinaria familia de clase media pero en realidad viviamos en pesimas condiciones y eramos de clase baja.

En mi casa toda la familia [éramos cuatro] comía junta, con una mesa baja y unos cojines en el suelo eran suficientes para que pudiéramos almorzar, la verdad es que la comida era excasa y de baja calidad. No entendía porque a los demás la hora de la comida les parecía importante o agradable, mi asco por la comida comenzó desde que era muy pequeño, tanto incrementó mi aversión por ese tipo de alimentos que llegué a vomitar más de una vez.

No teniamos presupuesto para comprar alimentos lujosos y debíamos aprovechar todo lo que quedase incluso aunque estuviese en mal estado.

*²
De pronto un día en específico mi cumpleaños quinto nos deshauciaron, ocurrió tan rápido que no puedo apenas recordar como me sentí; podría decirse que me mantuve muy confuso más mi edad y poca inteligencia no me eran de ayuda para comprender lo que estaba sucediendo, ahí fue cuando inicié a valorar más la comida ya que a penas podíamos permitirnos comer.