Capítulo 57

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Pov Alexia:

No somos nada, esa frase no paraba de repetirse en mi cabeza durante los últimos días. Si no éramos nada, el beso no significaba nada y eso se resumía en que me había vuelto a hacer ilusiones para nada. Otra vez con el corazón roto, si es que no aprendo. Después de que me echase en cara aquello, salí corriendo mientras las lágrimas caían por mis mejillas y tuve la mala suerte de encontrarme a cierto homosexual.

-¿Lex?- me paró en el pasillo -¿Estás llorando?-

-Déjame Nico, ya sé lo que me vas a decir- me extendió un pañuelo y me soné los mocos, alguno me había entrado en la boca que asco.

-¿Es por Leonor?- asentí y él suspiró -¿Ves cómo estás? Vuelves a estar mal por una persona que no está dispuesta a arriesgarlo todo por ti, como tú harías por ella. Eres joven, no te presiones a encontrar un amor verdadero- y ahí estaba él otra vez, tirando abajo la poca esperanza que me quedaba.

Le miré negando y caminé hacia mi habitación, los recuerdos de aquella tarde inundaban mi cabeza. ¿Cómo era posible que después de todo no fuésemos nada? Una conversación que había tenido en verano con Ornella pareció darme la solución.


Flashback


-Buenas buenas- la italiana se tumbó a mi lado salpicando un poco de arena a mi toalla -¿Me pasas la neverita?- le acerqué la bolsa roja y volví a tomar el sol.

Habíamos quedado en irnos juntas de vacaciones y la idea de pasar una semana disfrutando de su isla privada en el Mar Mediterraneo me había ganado. Nadie nos molestaba, no había gente acaparando sitio en la orilla, no había paparazzis, no había niños molestos, no había gente gritando; Nocilla qué merendilla. Mi acompañante sacó un tupper con un contenido marrón, no se veía muy apetitoso, yo por mi parte saqué mi sandía y una cuchara.

-¿Lentejas?- dije asombrada, con 40º se come unas lentejas.

-Me las mandó Juan, ¿quieres?- negué rápidamente y como la seguía observando volvió a hablar -Es que yo sin un plato de cuchara al día no me levanto de la cama-

Pasado un rato estaba comenzando a quedarme dormida cuando mi teléfono sonó y me apresuré en ver el mensaje, suspiré cuando no apareció su nombre en la pantalla. Era una foto mía en la que Ornella cuestionaba si estaba viva o muerta.

-¿A quien esperabas?- me preguntó y yo bajé mis gafas de sol para observarla mejor -Alexia, ¿de quien quieres recibir un mensaje?- ahora entendí, tengo que trabajar mejor mis neuronas.

-Pues quien va a ser, la misma heredera al trono de España de siempre- ella sonrió y me cogió el teléfono para ver nuestro chat.

-Te has vuelto muy blanda, que no significa que esté mal pero ahora mismo yo creo que Leonor no sabe lo que quiere. Pienso que igual deberías volver a ser la chula motera que fuiste una vez, por lo menos hasta que tenga claras las cosas, luego ya serás todo lo lesbiana que quieras con ella-

-Pero ella no me haría daño, yo creo que cuando nos volvamos a ver las cosas cambiarán- negó y posó su mano en mi pierna descubierta.

-Corazón, es escorpio, no sabrá nunca al cien por ciento lo que quiere de verdad pero le tocará tomar decisiones igualmente. No te va a hacer daño con conciencia, creerá que es lo mejor para ti y por eso se comporta de esa manera contigo. Solo tú sabes que es lo mejor para ti y nadie debería tomar esas decisiones en tu lugar pero el ser humano es complicado y por mucho que sea amiga de ella, creo que ahora mismo si te sigues comportando así con ella, vas a salir muy lastimada-


Actualidad


Quizá era hora de volver a mi verdadero yo y no tratar de ser mejor persona por alguien más, es momento de que Leonor se arrepienta y sufra por hacerme daño. Entré en la habitación esperando que no hubiese nadie dentro y poder lanzarme a llorar de nuevo pero para mi pesar, allí estaba Ariane, tumbada en la cama escribiendo en su diario mientras meneaba los pies. Al escuchar la puerta se giró hacia mí y cuando vio las marcas de mis lágrimas en mis mejillas, se comenzó a reír con fuerza.

-Que patética eres, no vas a llegar a nada como dejes que todo te afecte tanto- se levantó hasta llegar a mi y me acarició la mejilla -Eres tan débil- para mi ella era como mi madre, eran dos víboras que siempre trataban de salirse con la suya.

-Y tú una cría, apenas aprendiste a caminar ayer y me estás dando lecciones de vida, mamá te ha comido la cabeza- su mano pasó de acariciarme a golpearme con fuerza, estoy segura de que dejaría una marca. Agarré su muñeca con fuerza y la miré a los ojos -Eres ridícula, te crees que mamá te ha elegido como mano derecha porque eres especial, la verdad es que no. Simplemente eres la única con la cabeza suficientemente hueca como para poder manejarte tal y como ella quiere. No eres diferente, no sirves para nada y mucho menos vas a heredar el trono. No tienes personalidad- a medida que decía esto iba apretando mi agarre.

-Lex para, me haces daño- la solté y ella corrió a su cama alejándose de mí, ahora lloraba ella -Te odio, ojalá no fueras mi hermana-

Agarré mi chaqueta y me marché de la habitación.

Lesbimonarchy Leonor Y AlexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora