Capítulo 51

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Pov Leonor:

Cuando llegó mi turno en la secretaría, apareció la directora, su cara entornó una sonrisa al verme y se acercó a mi dándome un beso en la mejilla.

-Leonor, es un placer tenerte de vuelta. ¿Qué te trae por aquí?- señalé el manojo de llaves que descansaba sobre la mesa -Oh, vienes por tu pequeño problemilla, no te preocupes que está todo arreglado- me entregó la llave y yo salí de la oficina.

¿Pequeño problemilla? ¿Desde cuando que una vieja bruja rompa la relación de dos herederas del trono es un pequeño problema? Agarré mis maletas y como pude tiré de ellas, la verdad es que puede que me hubiese pasado con la cantidad de maletas pero, ¿cómo sino iba a traerme el tocadiscos y los vinilos de Estopa? Me fijé en el número de habitación y me di cuenta de que era la misma que el año pasado pero no me habían dicho quien sería mi compañera. En el momento de abrir la puerta pude comprender por qué; habían sacado una cama, concretamente la que me pertenecía, en su lugar habían colocado un puff en la esquina y un burro para colgar la ropa junto a una pequeña alfombra que decoraba el espacio. Tampoco estaba el que había sido el armario de Alexia, parece ser que habían hecho obras durante el verano. Dejé mis cosas y entré al baño con prisa puesto que no había hecho pis al salir de casa y me estaba orinando. Al entrar me sorprendí, se veía más amplio y realmente lo era ya que al quitar aquel armario empotrado, sustituyeron el incómodo escondrijo donde colocaron el váter por uno más amplio y una pequeña estantería en la que guardar toallas.

Un tiempo después de salir, tras haber deshecho las maletas y acomodado mi habitación, sentí como alguien golpeaba la puerta con fuerza, abrí y me encontré a mi mejor amiga. No me dio tiempo a reaccionar cuando ella se tiró a mis brazos apretándome con fuerza.

-Te he echado tanto de menos, no lo entiendes. Me gusta pasar tiempo con Juan pero también necesito a mi pequeña chica loca española- sollozó entrando en la habitación.

-Oye, Juan me dijo...- no conseguí terminar la frase.

-¿No tienes compi? Alexia me dijo que ella compartía con su hermana, por cierto, ¿sabías que hace unas semanas salió de fiesta con Melendi? Yo no sabía quien era hasta que lo busqué, le ofreció un porro. Como sois los españoles- ella comenzó a reír y yo la miré incrédula -La verdad es que le pasaron muchas cosas en verano, ¿no te las contó?- negué.

-¿Como me lo va a contar si no hablamos? No sé qué le pasa a mi móvil pero no recibo sus mensajes- me senté en la cama frustrada.

-Hombre chula, si no la desbloqueas difícil lo veo. ¿Pero quieres volver a hablar con ella? Yo pensé que la habías superado- acompañó mi movimiento acostándose a mi lado

-¡La he superado! Lo que pasa es que pensé que podríamos ser amigas... Espera, ¿la tengo bloqueada?- la italiana asintió -¿Desde cuando?-

-Puff, no sabría decirte, fue un día que estábamos haciendo videollamada jugando a verdad o reto con tu hermana y la otra chica, ¿quien era? ¿Tu nuevo ligue?- me giré sonriendo.

-Que va, es la hija del presi. Es muy agradable- balanceé mis pies pensando que decir hasta que recordé aquel tema -¿Cuando me ibas a decir que te mudaste con Juan?- su cuerpo se tensó y se puso nerviosa.

-¿Yo? ¿Mudarme con Juan? Estás loca amiga, jamás sería capaz, eso es muy apresurado para mi- la miré levantando una ceja y pareció rendirse -Hace unas semanas- susurró de forma casi inaudible.

-¿Que? Repite y explica- cogió aire y asintió mientras yo comenzaba a perder la paciencia, no me puede hacer esperar tanto por el chisme no es justo, yo siempre le cuento todo al instante.

-Hace unas semanas, mi padre me compró un piso en la ciudad por mi cumple y decidí que era mejor vivir allí porque no tendría tantas normas y podría vivir tranquila- a medida que iba hablando yo iba asintiendo pero me faltaba algo.

-¿Donde entra Juan ahí?-

-Ah pues fíjate tú- habló el recién nombrado apareciendo por la puerta -Como yo también vivo en la ciudad, mi querida enamorada me invitó a vivir con ella porque le daba miedo estar sola en el piso-

-Mentira cochina, yo soy mafiosa, sé defenderme- se levantó de la cama cruzándose de brazos frente a él.

-Claro, por eso me llamaste un día a las tres de la mañana llorando porque según tú había una rata mirándote. Era un calcetín, ¿te lo puedes creer princesa?-

La tarde se pasó rapidísimo mientras ellos me contaban como era su vida de casados y las hazañas que habían conseguido, como montar muebles de Ikea o hacer una compra saludable. Cuando se fueron me acompañaron hasta la cafetería para cenar, me despedí y entré en la sala, todos estaban comiendo en grupitos y aquello suponía un problema para mí ya que Ornella se acababa de ir y mis amigos los que son gays llegaban mañana por la mañana. ¿Qué podía hacer ahora? ¿Marginarme en una esquina? Habrase visto, marginar a una princesa.

Pov Alexia:

Odio esta situación, odio no poder darle un beso o no poder hablarle mínimamente porque está mi hermana. De hecho es mi compañera de habitación, ¡sorpresa! No me deja ni respirar tranquila 3 minutos, es insufrible y aún por encima como mis tiktoks se hicieron virales, ahora quiere que nos creemos una cuenta conjunta y yo eso no lo voy a tolerar, soy una estrella y brillo por mi misma. Cuando por fin le gustó su outfit, tiró de mí arrastrándome fuera de la habitación porque la niña tenía hambre. Cuando entramos en la cafetería lo primero que hice fue buscarla con la mirada, no la encontraba por lo que supuse que ya habría cenado o vendría más tarde, lo que no me esperaba era verla casi escondida en una mesa cerca de la puerta. Ella levantó la cabeza de su plato, con la mala suerte de que nuestros ojos se encontraron. ¿Debería ir junto a ella? Pues claro que sí, mi Leonor es una pobre chiquilla asustada que no tiene amigos. Me encaminé hacia ella pero mi hermana me lo impidió.

-¿A dónde crees que vas?- preguntó Ariane.

-A sentarme con Leonor- ella rió y se acercó más a mi,haciéndome retroceder unos pasos.

-Parece que no lo entiendes, la condición era que no tendrías ningún acercamiento a esa chica y por lo tanto, no contrataríamos a ningún guardia para controlarte- la verdad es que no recuerdo que esa conversación sucediese, pero visto lo visto, sucedió. Quizás fue durante alguno de esos días en los que disocié mucho porque se me había muerto el cactus, descansa en paz Peso Pluma.

-Pero mirala, está toda triste y sola- ella pareció pensárselo durante unos segundos.

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AMIGAAAS no seáis lectoras fantasmas porfa plis, es que me gusta leer vuestros comentarios y ver que os gusta.

Btw, se me inundó la calle, chove moito

Lesbimonarchy Leonor Y AlexiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora