¡¡¡ Tooony !!!. . . 1

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Lima era sin duda la ciudad sudamericana más afortunada, al ser testigo de la pasión que desbordaba el dúo argentino. Las caricias que se entregaban mutuamente podrían ser comparadas con llamas de lo ardientes que eran, pero sin causar lesiones graves a su paso.

Mientras desayunaban sin prisas al compás de aquella melodía que Joaquín entonaba a cappella:

"¿Yo qué voy a hacer, si muero de amor por ti?
Ya nada es lo mismo, mi vida
desde que tú no estás.
Son tus ojos que me han embrujado,
es tu boca que me hace temblar,
es tu risa que mueve montañas, no sé qué será"

-Lucía: ¡Qué maravilla es oírte cantar algo diferente a Pimpinela!

-Joaquín: Será por... -Siendo interrumpido por Lucía-

-Lucía: Pará... ¿Esa es de Los Nocheros?

-Joaquín: Los mismos que visten y calzan ¿Sabías que esa canción fue compuesta por dos personas?

-Lucía: Pero hasta donde tengo entendido fue Alberto Plaza quien la compuso para ellos. Bueno, eso fue lo que me dijo Álvaro -Deteniéndose apenas terminó de nombrar al chileno-

-Joaquín: Ah claro... Me imagino que ustedes hablaron mucho aquella noche en el Luna Park cuando estábamos celebrando los 25 años del dúo -Mientras endulzaba su café-

-Lucía: No te vayas a poner celoso como aquella noche. Y que por cierto, estuvo de sobra ese comportamiento -Blanqueando los ojos-

-Joaquín: ¿Y cómo no estarlo? Si se la pasaron coqueteando mientras cantábamos Entre la Tierra y el Cielo -Bebiendo pausadamente su café- delante de todo el público.

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A Lucía el hambre post noche de pasión se le esfumó, pues esa aparente calma de su hermano al recordar una noche tan llena de celos, podría ser una bomba silenciosa a punto de hacer remover una vieja pelea, que según ella ya había sido superada.

Para el lado masculino de Pimpinela volver a traer a colación ese tema, lo llevaba a que la sangre que recorría su cuerpo, echara chispas. Debido a que en esa noche él iba a poder -de cierta manera- dedicarle aquella canción que también tenía parte de su inspiración; y es que aunque su nombre nunca había figurado junto al de los otros compositores, éstos siempre lo tenían presente.
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-Lucía: ¡Ash! Como te lo dije esa noche... Fue teatrito para encender al público, ya sabés como les encanta imaginar que hay algo entre los que interpretamos un tema.

-Joaquín: ¡Ah mirá... que paradójico! Conmigo siempre has cuidado de que no imaginen nada -Levantándose de la silla-

-Lucía: ¿Te parece poco que la razón para eso sea porque somos hermanos? -Quedándose a la expectativa de la reacción del hombre que estaba de pies-

-Joaquín: Esa es la misma excusa que siempre has utilizado. A veces pienso que todo entre nosotros ha sido un error, que nunca debí pasar la línea peligrosa llamado PROHIBIDO.

-Lucía: ¡Joaquín por favor! No empecés con pelotudeces que no nos llevan a ningún lado.

-Joaquín: -Haciendo caso omiso a lo que le decía la mujer en su frente- No debí haber caído en la tentación... no debí haber tocado tu piel... no debí haberte besado. Y luego el día cuando te casaste, no debí haber bebido tanto... no debí haberme permitido embriagarme hasta llegar a hacerte mi mujer... Cada cierto tiempo tenemos dudas o peleas... A veces pienso que si las cosas iban a ser así, mejor me hubiera quedado siéndole fiel a Viviana.

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Lucía sentía como sus lágrimas estaban a punto de salir a lo largo de sus mejillas, pero su orgullo estaba herido y eso hacía que las detuviera. No sabía por qué después de una gran noche de amor, estaba escuchando a aquel hombre que tal vez nunca le había perdonado todos sus errores y entonces, sentía que había sembrado en el mar y cosechado en el aire.

☆LOS SILENCIOS DE LA VOZ SENIOR☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora