Ojos negros, piel canela que me llegan a desesperar... Me Importas Tú y Sólo Tú

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[Joaquín]

Fui el primero en despertar. Tenía abrazada de cucharita a Lucía, a pesar del frío que habría -muy seguramente- en todo Lima, nosotros estábamos llenos del calor de nuestros cuerpos.

Miré el reloj de pared y eran las ocho de la mañana, era buena hora porque en el canal teníamos que estar a las diez para empezar a arreglarnos y grabábamos a las once. Así que decidí despertarla al modo mío. Coloqué mi mano en su cadera expuesta y empecé a darle besos húmedos en su cuello, gesto que hizo que al toque se despertara pero no abrió sus ojos. Se veía que sólo quería disfrutar de las sensaciones.

Luego mi mano subió lentamente hasta uno de sus senos -apretándolo suavemente- y mi boca se instaló en su hombro mordiéndolo. Ambas acciones iban a un ritmo sincronizado y tenía la reacción esperada: todo su cuerpo se enchinó.

Después de unos segundos me acerqué a su oreja, para torturarla con mi lengua y más mordidas pero esta vez en el lóbulo

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Después de unos segundos me acerqué a su oreja, para torturarla con mi lengua y más mordidas pero esta vez en el lóbulo. Mi mano que estaba en su seno bajó a su zona íntima -y como siempre- estaba lista con su humedad que me vuelve más loco y eso se reflejaba en lo rígido que estaba mi amigo.
Esta vez -rápidamente- la puse boca arriba y mientras bajaba a su feminidad, iba abriendo sus piernas. Terminando de hacerlo, mi boca se posó en su clítoris como un imán, que estaba ávido por ser estimulado.

Sus gemidos empezaban a hacerse más audibles, eran mi prueba de que estaba disfrutando y eso me dejaba feliz. Al sentir sus contracciones, aceleré los movimientos de mi lengua hasta que llegó al clímax y gustoso me bebí todos sus jugos. Pero los dos queríamos más. Ella, ya con sus ojos abiertos se puso de rodillas y me hizo sentar sobre la cama. No tenía idea de lo que iba a hacer, pero con ella yo me dejaba llevar a donde ella quisiera. La vi como colocaba sus piernas una a cada lado de las mías y empezaba a rozar nuestros sexos, provocando que mis jadeos salgan roncos.

Con una de sus manos acomodó mi miembro en su entrada para luego empezar a devorar mi boca con su lengua traviesa. Sólo podía sostener sus mejillas con mis manos y acariciarlas. Estaba en otra galaxia y sólo aterricé cuando sentí que se estaba deslizando a lo largo de mi miembro. Al estar -totalmente- dentro de ella, mis manos pasaron a su cintura.

A ratos ella arqueaba su espalda, dejando sus pechos a mi disposición -aquí aprovechaba para lamerlos y chuparlos- y en otros momentos nos besábamos mientras ella se movía cadenciosamente y con sus manos alrededor de mi nuca marcaba su ritmo.

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[Lucía]

Dirán que soy demasiado pasional. Pero esta SOY YO. En un segundo LO QUIERO TODO y en otro segundo NO QUIERO NADA.

Estaba disfrutando de mi delicioso mañanero, gracias a mi Señor Galán. Ahora la que tenía el mando era yo y sentí que Joaquín estaba gozando al ser mi sumiso. Cuando halaba un poco su cabello, cerraba sus ojos y jadeaba mi nombre.

☆LOS SILENCIOS DE LA VOZ SENIOR☆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora