Al comienzo todo fue perfecto. Su alfa, su relación y finalmente su matrimonio.
Todo era concebido como una vida perfecta.
Hasta que se dio cuenta que su amado esposo era un lobo con piel de oveja. Aquello que era color de rosa, se oscureció. Con e...
—¡Vamos Elliot, golpea! No seas gallina. Golpéame.
Elliot se saca el protector bucal para poder hablar con más facilidad.
—No creo que sea buena idea.
Kolenka baja los puños y los coloca en sus caderas algo fastidiada.
—No voy a lastimarte. ¿Es porque soy mujer?
Elliot niega rotundamente. Vale muy poco que Kolenka sea mujer, considerando su fuerza y temperamento y toda su experiencia en luchas.
—Pero somos familia ¿no?
La alfa tarda unos segundos en reaccionar, después va rápidamente a Elliot, lo abraza y frota su mejilla contra la del omega.
—Eres tan lindo —chilla —, pero no te vas a salvar. Debes aprender a defenderte. Yusaf sube.
Yusaf obedece. Elliot lo observa con detenimiento, no había tenido problema con librar algunas peleas, pero desde hace unos cuantos días su cerebro le ha estado jugando sucio. Aquello que había logrado ignorar a la perfección, revive de las cenizas para causar dolor.
Yusaf termina de vendar sus manos, las agita para acostumbrarse a la tela. Da unos pequeños saltitos, y finalmente se coloca en posición. Sube los puños y espera a Elliot.
—No va a lastimarte. —asegura la alfa —Solo es defensa.
Kolenka de la da un golpecito en el hombro, le coloca el protector y asegura el protector de su cabeza para finalmente alejarse. Elliot levanta los puños. De momento ya no es Yusaf al que tiene enfrente.
—Espera. Yu... No.
Yusaf se acerca. Cuando está a punto de lanzar el primer golpe, Elliot retrocede con tanta rapidez que tropieza y cae. Cierra y abre los ojos con fuerza para que la imagen de Haim se desvanezca, pero no funciona. Está de pie frente a él. Va a golpearlo otra vez, como lo ha hecho siempre... No. Ese no es Haim.
—Basta.
—¡Elliot no sea cobarde! —, se burla Kolenka.
Elliot enojado, se quita ambos protectores y se los arroja con fuerza.
—¡Dije que basta!
Grita al ponerse de pie solo para salir del cuadrilátero, enojado, ignorando la imagen de Haim, ignorando a Yusaf, Kolenka. Ignorando y siempre ignorando.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Cedrit entra a su oficina, mira a su alrededor, cuando está seguro de que todos han llegado cierra la puerta. Debido a lo ocurrido en la mañana ha tenido que lidiar con un Elliot furioso, al ser la primera vez que lo ve en ese estado, cree suponer que lo ha enojado más. Aún hay algunas situaciones que le cuestan comprender debido a la educación que le dio su padre y aunque le cueste admitirlo, deberá pedirle consejo a Yusaf una vez más.
—¿Cómo está?
—Duerme. Más tarde vas a decirme que pasó. —Cedrit se sienta, asiente con la cabeza para darle a entender a Yusaf que comience con el informe.
