El chico pelirrojo mira levemente a su compañero, este mantiene una sonrisa amable pero una mirada frívola. No es de esperar que tenga ese tipo de mirada en su rostro, los negocios y el tipo de trabajo no le permiten llevar un semblante relajado. Incluso aquella sonrisa era mentira. Elliot lo sabe. Sabe perfectamente que Haim, su esposo, es un perfecto mentiroso.
Elliot vuelve su vista a la multitud, toda y cada una de las personas que están reunidas en aquel lugar, solo buscan una cosa; Poder.
—¿Recuerdas lo que te dije? —Elliot tensa su mandíbula al escuchar su voz. —No me hagas esperar y responde.
Elliot mira hacia abajo, como si en el suelo hallará algo interesante para ver.
—Si. Haim —Simple y corto, justo como a Haim le gusta que le respondan.
—Repítelo.
El chico pelirrojo analizó la orden, conoce a Haim desde hace siete años, sin embargo, aún es difícil cumplir con sus ordenanzas.
Elliot se relame los labios esperando no fallar con su respuesta.
—No debo hablar con alfas, si no me lo permites.
Alfa. El género está en la cúspide de la población humana, fuertes y habilidosos casi sin ninguna oposición.
Haim Legrand es un alfa y un importante CEO francés. Un hombre que por sus genes es bien parecido. Elliot lo amaba.
—Bien Elliot, ahora dime ¿Tomaste tu medicina?
Medicina. Elliot no está enfermo, pero él es un omega dominante, el chiste de la evolución humana a palabras de su esposo, aunque hay diversos derechos y leyes que los protegen, los omegas aún son considerados... objetos.
—Elliot cariño, no me hagas preguntar de nuevo.
El chico se tensó cuando Haim le llamó "cariño". No es precisamente de afecto, es una sólida advertencia que solo él conoce.
—Si. La he tomado.
La medicina que ha tomado Elliot, son supresores, que sirven para regular o anular la secreción de feromonas. Todos los alfas y omegas las tienen, algunas más fuertes que otras. Muchas veces son usados para inducir el celo del omega y obligarlos a mantener relaciones sexuales.
—No quiero que nadie se acerque a ti. —Haim le agarra de la barbilla fuertemente para obligarlo a mirarlo.
—Será casi imposible. —Responde Elliot, arrepintiéndose de inmediato.
Haim lo besa en los labios, llenando la boca del omega con sus feromonas. Era una señal para los demás alfas, era costumbre impregnar al omega para que nadie se acercara a ellos, para que todos se dieran cuenta que aquel omega, ya tiene un alfa.
—No respondas.
Elliot baja su mirada de nuevo parpadeando, siente la mano de Haim presionar su cadera y luego, como si fueran un matrimonio perfecto, comienzan a mezclarse y entablar conversaciones con otros sujetos. El omega solo lo hace cuando Haim le da la señal para responder.
—Haim Legrand... Siempre es bueno tenerte presente en "nuestros asuntos" pero es más grato ver a Elliot ¿Cómo estás?
Haim carraspea ante el comentario de la alfa, Coline una de sus socias mayoritarias. Elliot no responde, solo sonríe con amabilidad, sin embargo, su esposo toca el lóbulo de su oreja. Esa es la señal.
—Me encuentro bien, gracias por preguntar Coline.
La mujer se acerca y toma de la mano a Elliot, para besarla con delicadeza.
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Punto Ciego.
Novela JuvenilAl comienzo todo fue perfecto. Su alfa, su relación y finalmente su matrimonio. Todo era concebido como una vida perfecta. Hasta que se dio cuenta que su amado esposo era un lobo con piel de oveja. Aquello que era color de rosa, se oscureció. Con e...