Solo le bastó a Haim dos años para marchitar el corazón de Elliot. Ya no sonreía y es una pena ya que tiene una bonita sonrisa.
—¿Elliot? —Alice le llama dejando un pan dulce frente a él.
No responde, pero la mira, en sus ojos azules se puede ver el cansancio, incluso debajo de ellos hay ojeras y bolsas. Está cansado.
—Elliot, ayer no cenaste... debes comer algo hoy.
Elliot mira el pan, a sus ojos parece un pan tieso y sin sabor. Sabe que no es así, Haim solo compra productos de alta calidad, pero ¿De qué le sirve eso?
—Muchacho por favor. —pide Alice.
Elliot toma el pan, al hacerlo la camisa que lleva puesta deja ver accidentalmente el hematoma en su muñeca y la hinchazón. Rápidamente lo oculta con vergüenza.
—Lo siento. —dice.
—¿Fue ayer? —Elliot asiente. —Le pondremos hielo para bajar la hinchazón ¿Está bien? Pero come y toma el jugo —El pelirrojo vuelve a asentir.
Ambos escuchan una puerta abrirse y cerrarse, ambos también se tensan cuando escuchan pasos bajar por la escalera y venir a ellos.
—Señor Haim, buenos días. —Saluda Alice con educación.
Haim revisa su reloj sin siquiera mirar a la ama de llaves. Solo va hasta Elliot colocándose detrás de él para finalmente hundir su nariz en el hueco de su cuello.
El omega asustado pasa saliva por su garganta.
—¿Hay algo que quieras hacer? Te complaceré. —pregunta Haim y Elliot lo piensa. —Date prisa, no tengo todo tu tiempo.
—Quiero visitar la playa.
—No.
—Pero dijiste... —El alfa lo agarra de su cabello y jala de él, moviendo la cabeza de su esposo hacia atrás. —Lo siento.
Ambos miran a Alice, Haim la mira con molestia y Elliot con vergüenza.
—Alice, por favor ¿Podrías dejarme a solas con mi esposo? —La voz de Haim suena amable, algo poco común.
Alice no tiene de otra, más que salir de la habitación.
—¿Qué decías cariño? —Haim le ha soltado.
—Fue una mala idea... ¿Podría ir a visitar a mis padres? Mi padre llamó, dijo que mi madre se encuentra enferma, por favor.
Haim con sutileza ha llegado hasta la muñeca de Elliot, aquella que está hinchada.
—¿Sabes qué sucederá si tu...? —Haim aprisiona con fuerza, el omega ahoga un grito por el dolor punzante.
—Descuida. —responde el pelirrojo, quiere que Haim se detenga.
—Puedes ir.
—¿De verdad? —dice Elliot con entusiasmo.
—Dos horas —Su esposo suelta su muñeca y se aleja de él.
Elliot deja de sonreír, considera que dos horas es poco tiempo, pero entiende porque lo condiciona Haim, de no obedecerlo habrá un castigo. Quiere oponerse, pero no tiene el valor, ya no. Solo asiente, espera a que la puerta principal se cierre para relajarse, mira el pan y luego su muñeca que no le deja de doler. Siente dolor en su pecho, profundo y opresor.
Muerde el pan sintiéndose miserable, sus lágrimas brotan sin tener intención de detenerse, también llega a él un repentino enojo, agarra el vaso donde hay jugo amarillento y lo lanza con fuerza. El vaso estalla manchando el lugar al tocar el piso.
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Punto Ciego.
Roman pour AdolescentsAl comienzo todo fue perfecto. Su alfa, su relación y finalmente su matrimonio. Todo era concebido como una vida perfecta. Hasta que se dio cuenta que su amado esposo era un lobo con piel de oveja. Aquello que era color de rosa, se oscureció. Con e...