21

17 2 0
                                    

—¿Quieres besarme?

11 de Febrero de 2023.

10:54 PM.

Paula ya me había pintado tres uñas, y cada que terminaba una, me soplaba los dedos. Para cuando terminó la última (que era mi meñique), me tomó ambas manos y las examinó con atención, examinando su trabajo.

—Te quedaron perfectas —dijo, alegremente—. ¿Qué opinas tú?

Vi mis uñas, estaban de un color negro mate con franjas azul eléctrico, muy derechas y elaboradas, y yo solo me preguntaba si la pintura se me quedaría en el cuello si me rascaba la nuca.

—No están mal —hablé—. Ni se nota que me las muerdo.

Ella río satisfecha por mi comentario, estábamos frente a frente en el sillón, con las piernas cruzadas, nuestras rodillas rozaban y solo nos separaba unos muy cortos centímetros. Paula giró de costado y tomó la caja de maquillaje, pensé que guardaría las pinturas pero en vez de eso sacó más cosas.

—¿Qué haces? —pregunté, echando un vistazo para ver qué sacaba: Había labial, brochas, una cosa de color marrón y un cepillo muy pequeño—. ¿Para qué son? —pregunté.

—Para ti —respondió—. Aún no te maquillo.

—Se suponía que solo eran las uñas, ¿no?.

—Nunca dije que serían solo las uñas —dijo, destapando una cosa circular redonda de color negro que en su interior tenía un polvo marrón y una esponja—. Es más, nunca dije cuantas cosas te haré.

—No harás más —refuté—. ¿Qué crees que soy?

—Heidren, solo será un poquito, te aseguro que quedarás igual de guapo cómo un modelo francés.

—¿Cómo son los modelos franceses?

Se acercó más a mi cara y me tomó el mentón.

—Confía en mí.

Confiaba en ella, en lo que no confiaba era en eso de que terminaría como un modelo francés. Comenzó a pasar por mis mejillas la esponja esa rara que al final se sentía suavecita, y tenía un olor bastante bueno, daban ganas de comer. Luego la pasó por mi frente, nariz y barbilla.

Me miró, tocó mi ceja con la yema de su dedo índice, deslizándola por toda su superficie.

—Tienes cejas muy bonitas —me dijo, casi cerca de mi boca por la poca distancia que teníamos—. Cómo son oscuras tendremos que darles mejor forma —tomó un crayón de color negro que en la punta tenía un sacapuntas muy extraño, le dio unas vueltas hasta que salió más color.

Se volvió hacia mi, me tomó de las mejillas y me giró la cara hacia la derecha con tal suavidad que fue cómo una caricia, cuándo en realidad casi me rompe el cuello.

—¿Me vas a pintar las cejas con un crayón de colores? —pregunté obvio.

—Esto es un lápiz para cejas —explicó. Sentí como iba formando un trazo en la afuera de mi ceja izquierda, me dio cosquillas—. Sirve para trazar o delinear. Puedes darle una apariencia más espesa. Anótalo, por si vuelves a perder otra apuesta conmigo.

—No creo volver a apostar por algo de nuevo, sin antes estar consiente del peligro al que me expongo —reí—. Para ser honesto pienso que estás desperdiciando todo eso.

—Estás siendo muy honesto —se encogió de hombros—. Pero tengo dos kits más de maquillaje, no te preocupes.

Sentí como empezó a pasar el lápiz por encima de mis cejas, rodé la mirada un poco hacia ella, sus ojos estaban fijos en lo que estaba haciendo, su hombro derecho estaba literalmente frente a mi cara, tenía unos pequeños lunares, dos específicamente, cerca de su cuello poco más arriba de su clavícula. Su hombro estaba desnudo, solo estaba el tirante de la pijama abierta, ni siquiera traía sostén, por lo que sus...

HEIDREN [Iguales: Libro 1] (Completa ✓) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora